'Tenemos que ver cómo implementar el TPP, haciéndonos cargo de las críticas que tiene'
Al contrario del caso de sus antecesores más recientes, la oficina de la canciller Antonia Urrejola está plagada de toques personales.Por ejemplo, en los muebles, donde antes había solo carpetas y libros, hoy se observan recuerdos de viajes y de su carrera. En el escritorio, llama la atención una pequeña colección de alebrijes -coloridas figuras mexicanas- y atrás, cerca, "donde las pueda ver", hay fotos de sus cuatro hijos, su esposo y recuerdos con Barack Obama, Michelle Bachelet y una carta enmarcada que le envió el expresidente Patricio Aylwin, en agradecimiento por su participación en la Comisión Especial de Pueblos Indígenas, en 1990.Proveniente del mundo de los Derechos Humanos, la canciller (de 54 años), segunda mujer en ocupar ese cargo, no es un rostro usual en las lides políticas. Algo que, según dice, puede explicar la oleada de críticas que ha recibido su gestión, desde que comenzó el 11 de marzo.Críticas que, reconoce, le han afectado."En términos familiares y personales ha sido difícil, no voy a mentir. Hay cosas que exceden la crítica política y generan un ruido innecesario que no ayuda a la política exterior."Yo no estoy haciendo carrera política y el entorno político se da cuenta. Es menos costoso pegarme. Yo estoy acá por convicción, por mi trayectoria en el ámbito internacional, porque la agenda de DD.HH. es súper importante para mí", dice, a la vez que señala estar sorprendida por lo "masculinizado" que es el mundo del que ahora es parte.Un mundo que dice querer cambiar a través de la "política turquesa", un concepto criticado que hoy defiende."Se ha cuestionado mucho que hablemos de 'política exterior turquesa', que es una cosa light , cuando es un elemento fundamental en la emergencia global del cambio climático. También he escuchado que la política exterior feminista es un "gustito". Pero no lo es. Es un deber, sobre todo cuando todavía hay subrepresentación de las mujeres en organismos internacionales".-Pero más allá del relato, ¿cómo se expresa la "política turquesa"?-Se expresa en la reciente COP27, en un trabajo con los ministerios del Medio Ambiente, Energía, hasta Corfo. Junto a Alemania, Chile lideró la discusión sobre daños y pérdidas y se creó un fondo de contribuciones voluntarias para los países más vulnerables. Se expresa en un acuerdo y trabajo de protección de los océanos con nueve países. Otro ejemplo, que parece una tontería y no lo es: nuestras funcionarias diplomáticas no podían firmar como secretaria, sino secretario; no como embajadora, sino embajador. Tuvimos que cambiar el decreto.-Nombrar embajadores ha sido especialmente complejo para este gobierno. ¿Por qué?-Al buscar embajadores políticos, lo primero es mantener esta suerte de acuerdo no escrito del porcentaje, un equilibrio entre experiencia y renovación y también paridad de género. Fue difícil. Salvo un caso, todos los hombres a los que llamé, dijeron que sí, pero varias mujeres me dijeron que no, siempre por razones de cuidados, de la madre o el marido...
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