Lo que hay que ver y comer en FRUTILLAR BAJO - 8 de Mayo de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 637784453

Lo que hay que ver y comer en FRUTILLAR BAJO

UNA EXPERIENCIA CON NUEVO CHEFEn una colina a pocas cuadras del emblemático Teatro del Lago se estrenó en octubre Casa Rosalba, una cafetería (y restaurante) frente al lago Llanquihue y al volcán Tronador, que por fuera es un galpón de metal y por dentro parece una casa de muñecas: mesas blancas y madera rústica, sillas celestes -todo vintage- y lámparas colgantes, casi coloniales. Además, tiene un segundo piso ambientado como living, ideal para trabajar.

Lo atiende su dueña, la artista visual Cecilia Mena, y desde abril cuenta con su propio chef, Mikel Albisu, un as de las masas, que antes trabajó en España, en el restaurante La Alquería de Sevilla (que cuenta con dos estrellas Michelin).

Los sándwiches en pan ciabatta, amasado ahí mismo, y la "torta de la casa", de milhojas, manjar y suave mermelada de rosa mosqueta, son imperdibles. Caupolicán, 28; cel. 9336 9286.EL REINO DE LA TRUFALa tienda y fábrica de chocolates Crambussa abrió recién en enero. Pero su historia es más larga: partió hace tres años como un pequeño negocio ubicado al costado de la casa de su dueña, Bettinia Paredes -chilota, relacionadora pública y amante del chocolate-, que luego creció y se tomó todo el primer piso hasta transformarse en una marca reconocida en la región. La idea era tener una opción distinta, y también dulce, a la repostería alemana, a los kúchenes y tortas, que predominan en la ciudad. En estas nuevas instalaciones solo venden chocolates: de origen belga, ecuatoriano, peruano, venezolano, con y sin azúcar, además de una línea especial para personas que sufren de intolerancia a la lactosa. Y todo se hace aquí mismo. Pero, son las trufas, de receta propia, con mermeladas de frutos de la zona, su producto imbatible. Una recomendación: la trufa de grosella. Vicente Pérez Rosales 814 B; cel. 9799 5840; Crambussa.cl

UN SECRETO FAMILIARNo hay carta y solo atiende con reserva. Y además, todo queda en familia: la chef Francisca Acuña (26) es la única que cocina en Se Cocina, este restaurante en pleno campo, a cinco minutos en auto desde Frutillar Bajo. Sus hermanas Manuela y Sofía, aún colegialas, son las garzonas. Y la dueña es su madre, Bernardita Kuschel. Francisca trabaja en un largo mesón de madera que más parece un taller de arte: cuelgan ollas, sartenes, platos de cerámica, especias, junto a una cocina a leña. Todo rústico, todo perfecto. El menú depende de la estación y del huerto casero (como sea, lo que nunca falta en el menú son los mariscos)...

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