La venta de animales nativos a países extranjeros debe cumplir con una estricta regulación - 3 de Junio de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 572388322

La venta de animales nativos a países extranjeros debe cumplir con una estricta regulación

"La exportación de animales está regulada desde el punto de vista sanitario, pero no de conservación de la especie como recurso natural", dice Rafael Asenjo, jefe del subdepartamento de vida silvestre del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).

Es una excepción entre las especies nativas. El reglamento de la Ley de Caza en su artículo cuarto prohíbe la caza y captura de más de 600 reptiles, anfibios, aves y mamíferos salvo bajo condiciones muy puntuales y autorización expresa del servicio. Es así como la ley obliga a que cualquier persona que desee trabajar con especies protegidas tiene que estar inscrito en un registro nacional que lleva el SAG. La ley define varios tipos de ellos, como los centros de exhibición o zoológicos, los criaderos, los centros de reproducción y los centro de rescate y rehabilitación.

La salida de este tipo de animales al exterior ocurre en contados casos, vinculados principalmente a intercambios entre zoológicos, como ha ocurrido, por ejemplo, con pudúes o pumas, explica Asenjo.

"El tenedor debe acreditar de dónde sacó el animal y si provino de un centro o criadero regulado, los que son fiscalizados una vez al año. Además, deben entregar declaraciones semestrales con sus movimientos: ventas, muertes o compras".

En el caso de las especies acuáticas, la responsabilidad corre por cuenta de la Subsecretaría de Pesca y su ente fiscalizador, el Servicio Nacional de Pesca, y también la caza y comercialización están prohibidas, salvo pocas excepciones.

No siempre fue así. Hace 30 años, 344 ejemplares de pingüinos de tres especies magallánicas viajaron a Gran Bretaña, España, Estados Unidos y Taiwán para su empleo en estudios científicos; también salieron delfines magallánicos para acuarios estadounidenses. Tales ventas sería prácticamente imposibles hoy, según las regulaciones actuales.

También viajaron al exterior cientos de miles de reptiles y anfibios, especialmente lagartijas del género Liolaemus . Su destino eran tiendas de mascotas, escuelas donde eran diseccionados e ,incluso, muchas terminaron como comida para otros animales.

En el año 1992 se llegaron a exportar 600 mil, asegura el zoólogo Agustín Iriarte, quien fue jefe del departamento de vida silvestre del SAG entre1991 y 2004

Todo acabó el 9 de marzo de 1993, cuando...

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