Venezuela en crisis
Innovando en relación con sus predecesores, Almagro, un ex canciller uruguayo, ha cumplido un importante papel en revitalizar la alicaída OEA, y hacerla más relevante en las relaciones hemisféricas, pero los países latinoamericanos se han resistido a comprometerse o involucrarse más directamente en la problemática venezolana. Este fallido zarpazo del régimen de Nicolás Maduro a la democracia podría tener un efecto reparador para que los principios de defensa de la democracia y el rechazo a cualquier atropello de los derechos políticos y civiles vuelvan al centro de la discusión regional.
Cuando el eje bolivariano está debilitado -por el cambio de gobierno en Brasil y Argentina, pero además por el proceso electoral en Ecuador, el silencio de Nicaragua y las dudas de los centroamericanos ante la zozobra de Petrocaribe- existe una oportunidad para que en la OEA puedan oírse con fuerza las voces de quienes temían las represalias políticas o económicas de una Venezuela llena de petrodólares, y de sus aliados ideológicos que preferían mirar hacia otro lado ante los atropellos sufridos por la oposición venezolana.
El llamado de Almagro remeció la somnolencia latinoamericana que ya no parece aceptar que Nicolás Maduro siga erosionando el Estado de Derecho. A pesar de que Bolivia -gran aliado de Caracas- preside la sesión, las cancillerías latinoamericanas deberían dejar a un lado sus reservas y actuar de acuerdo con la urgencia de la situación.
Estados Unidos, que durante el gobierno de Obama fue reticente a buscar enfrentamientos con Maduro, y antes con Chávez, en esta ocasión ha tenido mayor vigor para rechazar el fallo judicial y condenar al régimen. Una mayor fuerza en sus críticas sería deseable, por cuanto en la OEA se requieren los dos tercios para aprobar sanciones, y su influencia sobre los países del Caribe puede ser determinante en una votación.
El tropiezo de MaduroCon la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de anular su controvertida resolución quedó en evidencia de que una presión internacional enérgica puede tener efecto en un régimen que violó en innumerables ocasiones su Constitución.
Tanto o más importante que lo anterior, fue la inédita declaración de la fiscal general venezolana -muy cercana al chavismo-, quien aseguró que el fallo del TSJ tenía varias "violaciones del orden constitucional y desconocimiento del modelo de la Constitución". Su recomendación de que el TSJ "reconsidere su decisión" fue clave para que el...
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