Venezuela, una convicción genuina - 24 de Febrero de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 768608901

Venezuela, una convicción genuina

Ni aun sus más enconados críticos podrían negar que el viaje realizado por el Presidente de la República este fin de semana a Cúcuta, su asistencia a un festival de música en solidaridad con Venezuela y su participación ayer en los en gran parte frustrados intentos por hacer ingresar la ayuda humanitaria a ese país se corresponden genuinamente con su personalidad y estilo de liderazgo. Quien examine la trayectoria de Sebastián Piñera podrá constatar que rasgos como la audacia, la exposición al riesgo, la preocupación por estar presente, en primer plano, en el desarrollo de los acontecimientos y monitorear su evolución hasta el detalle han jugado un papel definitorio. Desde esa perspectiva, y aunque las situaciones son muy diferentes, su compromiso con la cuestión venezolana no es distinto de la convicción que en el pasado lo llevó a involucrarse directamente en el rescate de la mina San José o de la decisión que, en este mismo verano -y encontrándose teóricamente de vacaciones-, lo hizo recorrer las zonas del país afectadas por catástrofes y emergencias.Tal estilo supone riesgos y costos, los que pueden llegar incluso a tensionar las expectativas tradicionales respecto de la institución presidencial. De hecho, ello explica algunos de los problemas que el mandatario enfrentó en su primer gobierno. Desde su retorno a La Moneda, ha exhibido una actitud más reposada en este sentido, propia de la experiencia de quien ya conoce el funcionamiento del Estado y las lógicas de la política. Con todo -y este verano ha sido demostración de ello-, su forma de liderazgo no ha cambiado.Por lo mismo, existe una cierta pequeñez en algunas de las críticas que se le han hecho en estos días. La convicción democrática y el compromiso con los derechos humanos han sido constantes en la trayectoria pública de Piñera, y lo han colocado incluso en situaciones complejas frente a su propia coalición. Atribuir sus acciones respecto de Venezuela al mero cálculo significa obviar los evidentes riesgos a que se ha expuesto el mandatario en estos días. En efecto, nada garantiza el éxito de las acciones internacionales por lograr la salida de Nicolás Maduro y el retorno de la democracia. Al contrario, como se vio ayer, los grados de tensión son extremos y su evolución, impredecible. Es por ello razonable demandar prudencia en el manejo de la situación y en sus propias actuaciones; no así cuestionar, en cambio, las motivaciones del compromiso...

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