La Venecia de Casanova - 4 de Junio de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 682010341

La Venecia de Casanova

Desde luego hay aquí itinerarios masivos, típicos, pero junto a la joven blogger veneciana Elisa Pasqualetto (más conocida como "Liz", y autora del blog Travelling with Liz), que es una enamorada de esta ciudad y de los ángulos más recónditos de ella, vamos con otro rumbo y objetivo. Seguir las trazas del veneciano más famoso después de Marco Polo: dar con las huellas de Giacomo Casanova, el "Juan Tenorio" veneciano y, de paso, con algunas picadas donde aún se come bien. Y a precios honestos.

Nacido en 1725, cuando ya la ciudad empezaba la decadencia tras haber sido una de las principales potencias económicas de Europa, Giacomo Casanova, aunque recordado sobre todo por su vida libertina, fue también escritor, historiógrafo, bibliotecario, diplomático, espía e incluso -cuando era todavía muy joven- secretario del cardenal napolitano Troiano Acquaviva, embajador de España ante la Santa Sede (y quien posteriormente sería un influyente consejero del Papa Benedicto XIV).

Hijo de una pareja de actores, Giacomo vio la luz en la calle Malipiero (ex Calle della Commedia), donde actualmente una placa recuerda ese momento. Y esta es la primera etapa del itinerario.

Para llegar hasta este lugar hay que bajarse en la parada San Samuele, frente a la iglesia del mismo nombre, donde Giacomo fue bautizado. Esta iglesia, construida alrededor del año 1000, ha sufrido numerosas transformaciones a lo largo de los siglos. Sin embargo vale la pena entrar para admirar el crucifijo de madera realizado por Paolo Veneziano -calificado como "el pintor veneciano más importante del siglo XIV"-, además de una imagen bizantina de la Virgen que se encuentra aquí desde 1541, cuando fue traída de Oriente.

La escala siguiente es el Palacio Merati, donde vivieron su madre y su hermana, y donde el mismo Giacomo se instaló después de volver del exilio.

Mientras caminamos hacia allá, hacemos un alto para un aperitivo que tiene su razón de ser (sobre todo cuando nos acompaña una veneciana cuya familia lleva generaciones aquí).

Junto a las comidas tradicionales, los habitantes de esta tierra son muy dados a tomar como aperitivo un ombra, un vasito de vino, acompañado de un cichetto, como se llama a una amplia gama de especialidades venecianas: mucho marisco y pescado, como las sardinas en saor (sardinas fritas y dejadas en adobe con vinagre, cebolla y pasas), los fritti di fiori di zucchini ripieni di baccalá mantecado (flor de zapallito italiano frita, rellena de bacalao mantecado; una delicia como para olvidarse de las calorías)...

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