La Vega se ha convertido en uno de los principales focos multiculturales de Santiago
El "mesón internacional", como llama Rosa Riquelme a un sector de su local, podría ser un resumen de las transformaciones que vive la Vega Central.
"Hay camotes de Perú, tengo papas amarillas para hacer causa. Maíz morado, que se usa en invierno para la mazamorra morada -un postre calientito-, o para la chicha morada en verano. Tengo panela y harina P.A.N., que son productos colombianos y venezolanos a la vez. Triguisar -dice acercando la mano a una caja de cartón- es un aliño que también usan venezolanos y colombianos. El colantao es una verdura novedosa para comidas chinas. Esto es jengibre que usan los chinitos, los coreanos, los peruanos, los chilenos...".
La lista de productos para las distintas nacionalidades es larga, pero Rosa, quien abrió su primer local en 2003, reconoce que la diversidad es más o menos reciente. "He tenido que adaptarme a los nuevos extranjeros". En parte la adaptación también le ha exigido aprender las distintas formas de llamar a un mismo fruto. "A las papayas peruanas los brasileños les dicen mamao y el plátano barraganete es plátano macho para los mexicanos".
Años atrás, dice Rosa, cuando junto a su local "Rosita" comenzaron a aparecer los primeros puestos peruanos en la Vega, muchos chilenos no conocían sus productos. "Ahora en todas las casas chilenas hay platos peruanos, pero también hay platos colombianos y mexicanos", dice para ejemplificar cómo los sabores de distintos países se han ido mezclando con la cultura nacional.
Arturo Guerrero, locatario y relacionador público de la Vega, coincide con ella. "Hay una revolución gastronómica: el país cambió totalmente. Los extranjeros llegaron a ser un aporte a Chile, tanto gastronómico como cultural. Y aquí en la Vega es donde se junta más gente de distintas partes", dice sentado en el galpón Chacareros, donde tiene su local "Xuxa me pasé".
Arepas y plátano frito
A la espalda del pasillo donde está Arturo se encuentra lo que podría llamarse la "pequeña Venezuela": hace cuatro meses un carro vende arepas de pabellón (porotos negros, carne mechada, queso y plátano frito), entre otros rellenos; patacones (tortilla de plátano a base de carne mechada, ensalada y queso) y tequeños (deditos de harina rellenos de queso).
El puesto de al lado ofrece empanadas venezolanas (fritas, muchas veces rellenas con mechada y sobre las que se rocía salsa de ajo), al que le sigue uno de hot dogs de esa misma nacionalidad -"se diferencia del chileno porque tiene ensalada de...
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