Variedades patentadas, la revolución de la uva de mesa
Aunque la superficie era pequeña, lindando con lo simbólica, inauguró una nueva época para la empresa. Por primera vez pagarían a un obtentor de variedades de uva de mesa por la propiedad intelectual.
-Queríamos observar cómo funcionaban -explica Heredia.
En las siguientes temporadas, la hilera experimental dio paso a más y más hectáreas. Este año ya van en 20 hectáreas de variedades con royalty.
Aunque en el campo hay 56 hectáreas de variedades tradicionales y libres de pago, Heredia explica que todas las nuevas plantaciones que vendrán en los próximos años serán con parras que requieren el pago de patentes.
El ejecutivo argumenta que detectaron beneficios que van desde mayores producciones por hectárea, buenos precios hasta una guarda de poscosecha más larga.
El tímido inicio de la Agrícola Garcés Silva, seguido de un notable crecimiento, es un modelo a escala de lo que está pasando en el resto del país. La producción de uva de mesa vive un violento despegue del uso de variedades que requieren el pago de patente.
Tras casi una década de desembarcar en Chile, en la temporada 2014-2015 las nuevas variedades seguían representando el 1% del volumen exportado. A la temporada siguiente subió al 3% de la oferta, nada para volverse locos. La tendencia se puso interesante en la campaña 2016-2017 en que la participación subió al 5,9%, al sumar más de 42.000 toneladas de uva de mesa.
En todo caso, se vienen cifras aún mayores.
-Si se analiza el ritmo de las plantaciones hechas en los últimos años, en esta nueva temporada se va a triplicar el volumen exportado -proyecta Manuel José Alcaíno, director ejecutivo de Decofrut.
Los vendedores de plantas son testigos de primera mano de la revolución.
-Hay una ansiedad de los agricultores por las uvas de mesa con royalty. Haciendo un cálculo conservador, diría que el 70% de las ventas corresponde a ese tipo de plantas. Es el cambio productivo más grande de los últimos treinta años -admite Jorge Valenzuela, presidente de la Asociación de Viveros.
Los agricultores están tras lo mismo: mejores resultados. La promesa de mayor cantidad de cajas por hectárea y de precios más altos abre las puertas a variedades de diseño más reciente. Aunque haya que pagar por propiedad intelectual, un ítem que hasta hace unos años nunca se había hecho.
Variedades como la thompson, flame, red globe o crimson, los ladrillos sobre los que se construyó la industria de la uva de mesa chilena, fueron desarrolladas por organizaciones...
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