Valparaíso: Bandas desatan temor replicando poder de fuego de grupos de zona sur de Santiago
Jean Zamora Pozo (18) fue detenido por Carabineros e imputado del crimen, el tercer hecho de violencia de una seguidilla que se ha registrado en la Región de Valparaíso, que incluso provocó una intervención del Gobierno y las policías.
Sus vecinos desde la niñez, en la calle Buzo Sobene -en el cerro Los Placeres-, están desconcertados con su brutal irrupción en las noticias. Sin embargo, aseveran, era algo previsible.
A lo largo de los años, vieron cómo el hijo de una madre trabajadora pasaba de ser un niño tímido a un escolar empeñoso en la cancha; luego, a un adolescente rebelde que conoció "malas juntas", y hoy a ser el imputado de un homicidio en prisión preventiva.
La familia, afirman los vecinos, hizo lo posible por apartarlo de las "malas juntas". Hace al menos un año dejaron el barrio, pero él regresó. La violencia que, según la policía, desplegó en el centro del puerto se incubó en el cerro.
Hoy, al recorrer algunas poblaciones de la parte de alta de Valparaíso, el escenario de la delincuencia, las pandillas y el microtráfico de drogas no es distinto al del sector sur de Santiago: jóvenes en las esquinas consumiendo marihuana o pasta base, en estrechos pasajes con postes de colores y grafitis de las barras bravas de Colo Colo, la U y Wanderers, y zapatillas en el tendido eléctrico para marcar el territorio. Una expansión a regiones de un fenómeno que naturaliza el uso de armas y la venta al menudeo de sustancias ilícitas, lo que es altamente preocupante para ex jefes policiales expertos en seguridad (ver recuadro).
Según los informes del Departamento Antidrogas OS-7 de Carabineros y de la Jefatura Antinarcóticos de la PDI, los puntos de abastecimiento y acopio de droga en la región -identificados por el Plan de Intervención Barrial- están situados principalmente en la parte alta del puerto, en las poblaciones Montedónico, Puertas Negras, Joaquín Edwards Bello, del cerro Playa Ancha; en el cerro Rodelillo y en el cerro San Roque. En Viña del Mar, los focos están en Reñaca Alto y Forestal.
En la población Andorra, del cerro San Roque, María (54) camina con un carrito por la calle. Es tanto el miedo a algunos de sus vecinos, que se tapa la cara incluso al ver una grabadora de voz. Quiere contar lo que ocurre, pero tiene temor de que la puedan identificar. Afirma: "Acá hay gente que vende droga, familias completas que se dedican a eso. No trabajan: viven de lo que les dejan los papelillos".
Familias de la droga
De acuerdo con el...
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