El valor de los objetivos claros - 10 de Enero de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 552082998

El valor de los objetivos claros

Hace casi 15 años, los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas firmaron la Declaración del Milenio, la que contenía ocho precisos objetivos de desarrollo: erradicar la extrema pobreza y el hambre, alcanzar una educación básica universal, promover igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el SIDA, malaria y otras enfermedades; asegurar un medio ambiente sustentable y, por último, elaborar una estrategia de desarrollo mundial. Los líderes del planeta acordaron que el 2015 sería el año en que estos objetivos deberían ser alcanzados. Aun cuando estos no se puedan cumplir, la visión tras el compromiso de las naciones ha significado importantes avances en cada una de las dimensiones que consideró esa declaración. Y eso es un ejemplo de la importancia de las metas en el desarrollo de políticas públicas a gran escala.

Corea y un caso específico españolCorea del Sur ha experimentado uno de los procesos de desarrollo más notables en la historia de la humanidad. En 1960 el país tenía un ingreso per cápita que solo doblaba el del África subsahariana. Con sus casi 26 mil dólares, hoy esa relación es de más de 25 veces.

El desarrollo de la pujante nación vino de la mano de objetivos precisos. En la década de los 60, Corea del Sur se embarcó en una estrategia de promoción de exportaciones y en incentivos para el despegue de industrias con potencial. El objetivo inicial fue operar en el sector agrícola y en sectores industriales poco complejos. Para asegurar el éxito de la estrategia, el gobierno priorizó la inversión en educación primaria y también dio facilidades para la atracción de inversiones. La estrategia seguida dio resultados. Poco a poco la industria manufacturera del país comenzó a sofisticar sus procesos y a producir bienes de mayor valor agregado.

En los 70 la estrategia país continuó, focalizándose en el desarrollo de industrias más complejas y con ventajas comparativas. Por su parte, las políticas industriales tuvieron como meta una fuerte inversión en educación técnica y vocacional. En estas condiciones, fue natural plantear la necesidad de mejorar la eficiencia de los sectores productivos. Esto explica que la década de los 80 estuviese marcada por la apertura al comercio internacional y la desregulación de industrias. Las medidas brindaron al país la oportunidad de competir en productos de mayor valor agregado. A esto se le sumó el desarrollo...

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