El valle que hay que descubrir en el norte Chico
"L a cultura campesina de los crianceros todavía nos sirve para conocer cómo vivieron los pueblos originarios: su relación con la naturaleza, cómo trabajaban la ganadería, su trashumancia...", decía Gabriel Tapia al rato de recibirnos en su casa, 24 kilómetros al este de Combarbalá.Como otros campesinos de la Región de Coquimbo, explica, él llegó hasta sexto básico, para después dedicarse al trabajo como criancero, siempre llevando y trayendo ganado entre Combarbalá y la localidad argentina de San Juan. Eso era su vida hasta que en 2001 su vida dio un giro en 180 grados: Gabriel se convirtió en guía turístico, el rol en el que lo conocimos ahora.En un escenario de áridos cerros y preciosas quebradas arboladas, Gabriel Tapia comenzó contando cómo es que los petroglifos que veríamos siempre estuvieron en el "patio" de su casa, y además cómo es que se convirtieron en su sustento."Estas piedras siempre estuvieron aquí. Nosotros pensábamos que eran simples dibujos de alguien que pasó y no halló nada mejor que rayarlas, de pronto por aburrimiento. Eso hasta que en los años 70 empezó a venir gente a la que le llamaba la atención esto. Eran historiadores, arqueólogos y hasta astrónomos, que explicaban que hace más de mil años había personas viviendo en esta zona. Así fue cómo empecé a aprender", dijo Gabriel.Era su manera de comenzar el recorrido que haríamos por el Rincón Las Chilcas , un sendero ubicado en las faldas del cerro Chaguareche, aparentemente considerado sagrado por los antiguos habitantes de la zona, donde hoy es posible ver más de 200 petroglifos de la cultura molle. Dibujos en piedra que dan cuenta de la vida cotidiana y hasta de los conocimientos astronómicos que tenía este pueblo."En este dibujo ellos documentan que su mayor problema era la mortalidad infantil", dijo Gabriel, mientras indicaba una de las inscripciones de piedra. "Acá se puede ver cómo conocían los ciclos lunares", continuó, para luego llevarnos a una imagen que daba cuenta del solsticio de invierno y de los cambios que el recorrido del sol ha experimentado hasta hoy."Los investigadores resolvieron que en los últimos mil años el sol cambió su orientación en 5 grados, y esta inscripción molle es una prueba de ello", aseguró hacia el final del circuito, cuando llegamos a un quincho y vimos un cabrito al palo esperándonos, igual que unos telescopios para la actividad nocturna.A las 9 de la noche recién estaba anocheciendo (estábamos en plena primavera), y aún quedaba mucho por hacer.Cerca de cuatro horas separan a Combarbalá de Santiago. Un camino largo que conviene hacer en auto para poder desviarse y conocer sus preciosos paisajes interiores.Desde esa ciudad en la provincia del Limarí salimos temprano para internarnos por un nuevo circuito turístico en la Región de Coquimbo. Uno que se aleja de las playas serenenses y de la fama del valle del Elqui, para adentrarse en una zona de quebradas verdes y cerros castaños, regada por el río Limarí.Así es cómo habíamos llegado hasta Gabriel, con el que ahora nos encontrábamos en la punta del cerro, desde donde dominaba su sendero arqueológico y el paisaje que se volvía más amplio, los tonos anaranjados y rojizos dominaban todo, y las cabritas de...
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