Valeria Sarmientoa recuerda Raúl Ruiz
En Lisboa, Raúl filmó muchas veces. Cuando el realizador murió, debido a un cáncer hepático en agosto de 2011, ella continuó la tradición: la capital portuguesa ha sido un buen lugar para sus propias filmaciones. Pero siempre regresa a su barrio Belleville en París, donde vive desde 1973, cuando llegó desde Chile con Ruiz. Durante los últimos tres meses, en Lisboa ha estado trabajando y compartiendo con sus amigos los recuerdos del hombre de su vida. Junto al productor Paulo Branco y al guionista Carlos Saboga -colaboradores de Ruiz-, la cineasta se prepara para que 'Le Cahier Noir', ya a mitad montado, entre en etapa de posproducción.
Pero la ausencia de Ruiz, el cineasta más prolífico que Chile ha tenido, Premio Nacional de Artes de la Representación en 1997, ha sido una dura prueba para Valeria Sarmiento.
-No rescato nada, no he aprendido nada con su muerte. No -dice.
Y es que, para esta realizadora nacida en Valparaíso, él fue mucho más que un marido. Juntos, explica, tuvieron una complicidad que hoy vuelve en sus sueños.
-Desde que murió Raúl, no he dejado de soñar con él. Tenemos una especie de vida paralela. Una vida en la cual discutimos, peleamos, lo pasamos bien. Hacemos cosas juntos y también conversamos. Hemos quedado tan ligados, que él es parte de mi inconsciente. Hay veces en que me enojo y, al día siguiente, me doy cuenta de que he peleado en la noche con él, !hemos discutido¡ (se ríe). O si no al revés: me despierto en las mañanas muy contenta porque lo hemos pasado muy bien en la noche. Y es verdad: los sueños han sido mi relación con Raúl después de su muerte.
Pero el tiempo hizo su obra y, desde 2017, advirtió que su intensidad comenzaba a bajar. Hoy sueña tres o cuatro veces por semana.
-Es como vivir con el fantasma de alguien. Raúl no va a terminar de irse nunca de mi vida.
Y dice:
-Después de seis años, han ido bajando, es normal. Además, ahora estoy obligada a preocuparme de la película que estoy haciendo. Los sueños se mezclan con lo que estoy haciendo, creo que recién bajaron este último año. Como he trabajado tanto, la cabeza no se comparte tanto.
-¿Y cómo es despertarse sola?
-Como todo el mundo, supongo. Me despierto, veo lo que tengo que hacer en el día, tomo desayuno. !Soy muy práctica yo¡ Pero uno se despierta como alimentada espiritualmente. Es sentirse alimentada, sentir que tú compartes algo con alguien.
Valeria dice que los primeros años, desde 2011, fueron especialmente duros.
-Después de que murió Raúl, yo tomé por un tiempo antidepresivos. No tengo por qué ocultarlo. Le conté al psiquiatra que yo soñaba todo el tiempo con Raúl y él me dijo: 'Es como un cuento de Tolstoi'. Yo tenía que ir a ver un psiquiatra porque, o si no, las pastillas no te las dan en Francia sin receta. Fue muy poco tiempo, unos tres...
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