El vacío político de la transición - 6 de Octubre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 741443469

El vacío político de la transición

Era "el día más esperado de la década", dijo alguna vez Ascanio Cavallo, y de seguro no exageraba. Si -según Gonzalo Vial- el 11 de septiembre de 1973 condensó las angustias y frustraciones acumuladas a lo largo del siglo XX, el 5 de octubre del 1988 representó la esperanza de una generación que vio derrumbarse la democracia y vivió casi dos decenios en dictadura. Desde luego, el hito no estuvo exento de tensiones, tanto antes como después del plebiscito, y muchas de ellas se proyectan hasta hoy. Nuestra historia reciente es cualquier cosa menos pacífica, y para advertirlo basta reparar en el debate sobre beneficios carcelarios a condenados por derechos humanos, la acusación constitucional a los jueces que los concedieron o las nuevas polémicas en torno al Museo de la Memoria. Guste o no, el mero transcurso del tiempo no cura heridas tan profundas como las que sufrió nuestro país. Ahora bien, es indudable que el Chile que emerge ese 5 de octubre -un Chile que le dio la espalda a Augusto Pinochet- comenzó a fraguarse con antelación. Reparar en el itinerario que posibilita el triunfo del "No" puede ser útil a la hora de reflexionar sobre la proyección de aquel hito y sus implicancias actuales.La pregunta suspendidaEn su "Crónica de la transición", Rafael Otano señala que el "kilómetro cero" de este período remite directamente a Patricio Aylwin, pero lo sitúa algunos años antes de que él fuera el rostro de la victoria en el plebiscito del 88. Para Otano, la transición no comienza a gestarse el 5 de octubre de ese año ni con el Acuerdo Nacional del 85, sino antes: en julio de 1984, en un seminario de tintes académicos realizado en el Hotel Tupahue. Ahí Aylwin propone por primera vez en público intentar volver a la democracia siguiendo las reglas del juego trazadas por el régimen de Pinochet, según las disposiciones transitorias de la Constitución de 1980. Es decir, no discutir acerca de la legitimidad del texto redactado por la comisión Ortúzar, sino considerarlo "como un hecho".La apuesta de Aylwin era arriesgada, pues ponía en riesgo una convergencia crucial para la oposición democrática. Hasta entonces, el centro y la izquierda no reconocían validez alguna de la Constitución. Sin embargo, el líder de la DC había llegado a la convicción de que no existía otra salida pacífica, lo que sería crucial para su generación: Chile no podía volver a experimentar un cuadro de "guerra civil política" -en términos de Joaquín Fermandois-, y los militares...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR