Vacío político - 21 de Junio de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 575094978

Vacío político

Los comentarios suscitados a propósito del accidente automovilístico protagonizado por un jugador de fútbol pueden ser iluminadores respecto de ciertos estados de ánimo imperantes. Desde luego, llama la atención el contraste entre la benevolencia con que sectores de la opinión pública juzgan las conductas de un deportista profesional y la severa condena que suele hacerse de las actuaciones de políticos o empresarios. Ciertamente, los roles de uno y otros son distintos, y si bien llama la atención la falta de coherencia en muchos de los juicios oídos, es razonable demandar superiores estándares de conducta a los servidores públicos y a quienes ocupan posiciones de liderazgo. Pero, precisamente por ello, un incidente como este debiera prevenir respecto de la recurrente confusión que ocurre cuando, por ejemplo, figuras de otros ámbitos utilizan su popularidad para defender plataformas políticas, pretendiendo una suerte de superioridad ética. Sin duda, la actividad deportiva es valiosa y la adhesión que suscita puede ser un sano factor de unidad nacional. No corresponde, sin embargo, esperar que ella supla los vacíos que el país sufre en otros ámbitos.

Así, el entusiasmo popular en torno a la Copa América no aminora la preocupación en relación con la crisis política en curso. Conforme pasan los días se hacen más evidentes los problemas de conducción y de gestión, y la sensación de parálisis que deriva de su prolongación. Lejos de ser una "lesera", es del todo razonable la inquietud ante la demora en la definición de algunos de los principales cargos del Estado. No es normal que el ministerio encargado de la coordinación del Gobierno y de la relación de este con el Congreso cumpla dos semanas sin un titular; tampoco lo es que la Contraloría lleve ya dos meses en la misma situación. Y aparte de las implicancias específicas que cada una de las vacancias conlleva, su acumulación contribuye a la peligrosa percepción de una autoridad que dilata y no adopta decisiones.

A ello se suman hechos como lo ocurrido con el proyecto sobre carrera docente, donde las concesiones del Ejecutivo no han logrado terminar con una paralización que sigue debilitando a la educación pública; la aprobación en la Cámara de una reforma laboral que contradice el celebrado discurso procrecimiento y empleo del ministro de Hacienda, y la reiteración de incidentes violentistas en distintas manifestaciones.

¿Hacia la fragmentación del sistema?En enero, cuando se discutió el nuevo...

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