Su último deseo - 9 de Mayo de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 844443866

Su último deseo

En esta película, la reportera Elena McMahon (Anne Hathaway), de The Atlantic Post , está empeñada en develar el envolvimiento del gobierno de Estados Unidos en la cruenta guerra de El Salvador, en la segunda mitad de los años 80. Mientras trata de perseverar en eso, se entera de que su padre, Dick (Willem Dafoe), la necesita para cerrar un oscuro negocio de armas... precisamente en El Salvador. Elena tiene que elegir.Hay que advertir que, en el par de minutos finales, el relato tiene un giro que modifica buena parte de su sentido. Lo que permanece, sin embargo, es el envolvimiento emocional de la reportera con las dos caras de la guerra salvadoreña. En el trasfondo está la campaña de reeleción de Ronald Reagan, con el hasta hoy misterioso papel de su secretario de Estado George Schultz. Un asesor de Schultz, que también podría ser un agente de la CIA, Treat Morrison (Ben Affleck), que conoce y sigue el trabajo de la reportera, completa el pantanoso terreno en el que Elena debe moverse.Dirige Dee Rees, que a pesar de tener solo tres largometrajes, se ha convertido en un baluarte del antirracismo y el feminismo. La base literaria es la novela The last thing he wanted de Joan Didion, quien dedicó más de un libro al conflicto centroamericano, desde que estuvo dos semanas en El Salvador, en 1983.Como periodista de revistas y diarios de gran calado de Estados Unidos, Didion debió conocer bien la infernal trama que, después del triunfo de los sandinistas en Nicaragua, se urdió alrededor del empate militar entre el ejército salvadoreño y el Frente Nacional de Liberación Nacional.Sin embargo, si solo se juzga por la película, no parece que la directora Rees lo conociera de la misma manera. La peripecia de Elena empieza a volverse crecientemente confusa desde que se ve obligada a aceptar el encargo de su padre: ni ella (ni menos el espectador) sabe con quién habla, para quién trabaja y cuál es su objetivo principal, si cumplir la petición o seguir reporteando. El choque entre los deberes pierde bastante de su calidad de dilema ético y se va convirtiendo en una especie de lucha por la orientación, con unos perseguidores que parecen venir de cualquier parte, o incluso de muchas.Es evidente que el proyecto tuvo sus atractivos: el reparto ya es una confirmación de eso. Y es curioso porque Rees consigue armar algunas secuencias inspiradas, tensas y cargadas de amenaza. Integrarlas en un todo es otra cosa. Por lo general es en ese punto donde se juega la...

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