La última hazaña de la 'sirena del hielo' - 29 de Marzo de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 842477634

La última hazaña de la 'sirena del hielo'

Ponerse su gorra, su traje de baño. Mirar de frente la magnitud del océano, la belleza del paisaje y lanzarse a la temperatura que sea. Bárbara Hernández -34 años, recoletana- nunca pensó que dedicaría su vida a nadar en las aguas más recónditas del planeta.Pero en 2014 ocurrió lo inesperado: desde Argentina recibió una invitación para participar en el Winter Swimming , una competencia internacional de nado en aguas gélidas que se haría en el glaciar Perito Moreno, en la Patagonia trasandina. Le ofrecían todo: los pasajes, la estadía por diez días, las comidas, con una única condición: tenía que nadar en la zona que rodea al famoso glaciar Perito Moreno, en aguas entre cero a dos grados de temperatura."Allí estaban todos los rockstars del nado en aguas heladas. Y yo nunca había nadado en esas condiciones solo con traje de baño. Ni siquiera había visitado un glaciar", recuerda Bárbara hoy, una mañana de viernes de marzo, sentada en una banquita del Estadio Nacional, donde entrena todos los días. "Pero me atreví. Nadamos en paralelo, en una playita desde donde se veía el glaciar todo el rato, tan grande que intimidaba. Llegué primera en la competencia general".A partir de ese momento no paró y comenzó su carrera de nado en aguas gélidas, primero en campeonatos internacionales, pero también organizando expediciones en Chile. "Es lo que más me gusta", confiesa.Fue así como llegó a Aysén, la región de los hielos. Nadó en el glaciar Jorge Montt, el Calluqueo, el Steffens, este último el lugar más helado donde ha nadado en su vida. "Para hacer algo así, la aclimatación es fundamental. Practicar en diferentes alturas y temperaturas. Adaptarse al agua fría, mentalizarse... Soy súper friolenta, pero me encanta el agua helada. Siento que el frío te contacta con tu cuerpo, con los colores y los lugares. Es otra forma de hacer deporte".Para convertirse en nadadora extrema las cosas no han sido sencillas. Al principio, cuenta Bárbara, debía conseguir los permisos de la Conaf o financiar al equipo necesario para sus travesías, que suele ser un barco con personas que velan por su salud (actualmente, una fisioterapeuta, una exnadadora profesional y su pololo, un kayakista). Pero con el tiempo sus logros comenzaron lentamente a aparecer en la prensa y así se fue haciendo más conocida.En 2016, cuando fue al glaciar O'Higgins conoció al empresario Andrónico Luksic, quien la apoyó -y la apoya hasta hoy- para llegar al Mundial de Nado de Invierno de Rusia 2016...

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