Las turbulentas aguas por las que navega la Cancillería en la era Boric
Mala suerte, dicen algunos. Mala planificación, dicen otros. Dos definiciones que, a veces, forman las dos caras de una misma moneda.Es lo que se comenta en círculos diplomáticos sobre las circunstancias del retroceso del Gobierno en la designación del abogado Andreas Pierotic como embajador en China. Esto porque, al mismo tiempo en que La Moneda echaba pie atrás en el nombramiento, llegaba al país el director general para América Latina y el Caribe de la Cancillería china, Cai Wei, quien se reuniría con la subsecretaria Ximena Fuentes y... con Pierotic.Como buen diplomático chino, Wei no dijo nada en el encuentro protocolar. Pero después, al juntarse con otros influyentes que tienen conexiones con su país -exembajadores y exministros-, manifestó su preocupación. El gobierno chino ya había visado el nombre del abogado y que se le bajara, sin mayores deferencias a Beijing, molestó.Es el último desajuste que ha vivido la Cancillería, en una gestión que por ahora ha hecho más noticia por errores no forzados y descoordinaciones que por sus logros.El rompecabezas de los nombramientosDesde el Gobierno y sus cercanos se había estado trabajando consistentemente en convencer a los inversionistas y a los expertos en política exterior de que el nombre de Andreas Pierotic era el mejor para asumir en China.Y tras dos meses, había funcionado. Muchos empresarios llegaron a considerar que "no había una mejor alternativa". Quienes se oponían, al ver su conocimiento del idioma mandarín y sus nexos en el gigante asiático, se convencieron. Y lo mismo pasó en la Cancillería china, que pronto dio su beneplácito.Así que, dicen sus cercanos, Pierotic estaba listo -con maletas y todo- para irse y arribar a Beijing el lunes 1 de agosto. Pero pronto su impulso empezó a frenarse.Las revelaciones de los negocios del abogado -que incluían una sociedad con el exyerno de Joaquín Lavín, Isaac Givovich- y la existencia de denuncias por maltrato -hechas por canales informales- presentadas por su hermana Tatiana pusieron signos de interrogación.En ese momento hubo varios diplomáticos que se levantaron en su favor y que incluso acusaron "un complot". Sin embargo, fuentes del Gobierno reconocen que el ruido interno provocado por las informaciones resultó incontrolable. Pierotic ya estaba deslegitimado.Pero el apresurado freno generó otra crítica. O, más bien, suscitó una pregunta: ¿Por qué aún no se ha cambiado la designación de Sebastián Depolo en Brasil, donde todavía no recibe el beneplácito?Al respecto, incluso dentro del Gobierno, no hay dos opiniones: está claro que la designación del frenteamplista "ya no fue aceptada". Y en este contexto, no son pocos los que creen que el nombre debe modificarse para dar una muestra de que, sin importar las diferencias ideológicas entre gobiernos, la relación con Brasil sigue siendo importante y un asunto de Estado.Sin embargo, no ha habido decisión presidencial al respecto. Algo que varios interpretan como una señal de que La Moneda esperará un hipotético triunfo de Lula da Silva en Brasil, para lograr la aprobación de Depolo. Una fórmula que tendría a Chile sin embajador ahí al menos hasta enero de 2023.Son los dos nombramientos más criticados, pero no los únicos. De hecho, varios de los nombramientos políticos -con excepción del de Juan Gabriel Valdés en Estados Unidos- han sido cuestionados, ya...
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