Trump frena distensión con Cuba y exige a Raúl Castro avances democráticos concretos
El escenario escogido para el anuncio fue el teatro que lleva el nombre de Manuel Artime, uno de los líderes de la Brigada 2506 que desembarcó en Bahía de Cochinos para tratar de derrocar a Fidel Castro en 1961, ubicado en el barrio conocido como la Pequeña Habana, en Miami.
Durante un discurso anticastrista que no se escuchaba en EE.UU. desde los tiempos de George W. Bush, Trump anunció su apoyo al embargo comercial contra la isla y prometió no cambiar de posición hasta ver avances democráticos.
Se refirió concretamente a los presos políticos, la legalización de los partidos opositores y la realización de elecciones libres con supervisión internacional.
"Es importante que haya libertad tanto en Cuba como en Venezuela", aprovechó de destacar Trump en ese punto.
El régimen de Castro consideró como un "retroceso" la política de Trump hacia Cuba. "Nuevamente el gobierno de EE.UU. recurre a métodos coercitivos del pasado (...) que sólo provocan daños y privaciones al pueblo cubano", dijo en un comunicado. "En los dos últimos años se ha demostrado que los dos países (...) pueden cooperar y convivir civilizadamente, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambas naciones, pero no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia ni acepte condicionamientos de ninguna índole", agregó.
Las nuevas directivas introducidas por Trump aumentan las restricciones a los viajes de estadounidenses hacia la isla y prohíben las transacciones comerciales con empresas cubanas administradas por militares.
Oficialmente, los estadounidenses tienen prohibido hacer turismo en la isla, pero muchos se amparan en el programa "people to people" (pueblo a pueblo), que oficialmente tiene objetivos educacionales y culturales, pero que realmente sirve para el turismo encubierto.
Trump restringió ahora esa posibilidad solo para los grupos, medida que sentirá el pueblo cubano. "A diferencia de los turistas canadienses o europeos, que prefieren ir a los resorts, los estadounidenses se hospedan mayoritariamente en casas particulares. Este tipo de turismo tiene mayor impacto en el bolsillo de los cubanos", comenta a "El Mercurio" Juan Carlos Hidalgo, analista del Cato Institute.
La otra medida, que prohibirá a las empresas estadounidenses hacer transacciones con compañías cubanas controladas por las fuerzas armadas, podría afectar a las ya maltrechas finanzas del régimen, y en especial a GAESA, el brazo...
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