Tributario
| Autor | Mauricio Carloza |
| Páginas | 68-69 |
Tributario
Inversiones en el extranjero: una
oportunidad más allá de la crisis.
Mauricio Carloza
mcarloza@abcia.cl
En los últimos meses, la incertidumbre y el
pesimismo ha sido recurrente la economía nacional,
tanto por causas internas como externas: estallido,
pandemia, modificaciones institucionales y un
escenario político polarizado e imprevisible, las que
han repercutido en mayor inflación, aumento de las
tasas de interés y un peso que se ha devaluado frente
al dólar.
Por supuesto, la inestabilidad tributaria de nuestro
país también ha jugado un rol activo en el escenario
económico actual: Además de las tres reformas
tributarias que han entrado en vigor en los últimos
nueve años, en septiembre el Ejecutivo presentó un
proyecto de reforma tributaria mediante una “ley
corta” -que además de abrir la opción legislar
cambios impositivos “a la rápida”, no tiene viabilidad
alguna- y como broche final, se espera una nueva
reforma tributaria en 2022, cuyo contenido dependerá
de quien gane la elección presidencial -en que cada
candidato tiene un programa radicalmente distinto
respecto de los demás-.
Ante este escenario, una cantidad considerable de
individuos y familias de “alto patrimonio” han decidido
mover de capitales al extranjero como un medio de
protección patrimonial, a través de la creación de
sociedades de inversión en jurisdicciones OCDE
caracterizadas por tener estabilidad económica y
certeza jurídica- por ejemplo, Canadá o Nueva
Zelanda, y sus “limited partnerships” fiscalmente
transparentes-. Sin embargo, en la medida en que
estas estructuras han tomado forma, los
inversionistas chilenos han experimentado que éstas
no sólo son eficientes como medios de protección
patrimonial, sino también como prolíficas plataformas
de negocios. Esto, dado el tamaño que tales
economías representan en el escenario mundial y su
interconexión con otras jurisdicciones de gran escala.
Por ejemplo, Canadá es una fuente idónea para
invertir en Estados Unidos, principal economía del
mundo, que por ende ofrece múltiples proyectos de
inversión con tasas de rentabilidad más que
aceptables, que otorga una variedad de opciones
considerablemente mayor que Chile, por razones de
escala económica.
Por este motivo, la creación de “limited partnerships”
fiscalmente transparentes en Canadá -que a su vez
son administradas por una entidad que oficia como
“general partner” en Estados Unidos, es una fórmula
recurrente en este tipo de inversiones.
En definitiva, si bien los esquemas de inversión en
países OCDE surgieron como estructuras que
inicialmente se originaron como meros mecanismos
de protección patrimonial, los inversionistas han
podido comprobar que éstas también son activas
fuentes de negocios y rentabilidad. Así, es posible
concluir que “de las crisis surgen oportunidades”, razón
por la cual - incluso aunque Chile supere el actual
escenario de incertidumbre política y económica- el
acto de invertir parte del patrimonio en el extranjero a
través de la creación de sociedades, perdurará como
un hábito cultural permanente en personas que antes
estaban acostumbrados a tener todo el patrimonio en
Chile, y que ahora diversifican sus negocios y riesgos.
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