El Tribunal Constitucional - 10 de Agosto de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 807584185

El Tribunal Constitucional

El Tribunal Constitucional (TC) genera noticias y polémica. El Gobierno y los partidos preparan proyectos para modificarlo y los académicos multiplican foros y publicaciones. Algunos asumen el diagnóstico de que ese tribunal se ha transformado en una tercera Cámara y, para superarlo, proponen privarlo de buena parte de sus atribuciones o domesticarlo al Congreso, haciendo a sus ministros acusables constitucionalmente.Otras propuestas, como el número impar de sus miembros o el cambio en la oportunidad en que examina las leyes, pueden ser acertadas, pero no enfrentan para nada las críticas que tienen al TC en la palestra, ni sus roces con la Corte Suprema.El debate reformista arriesga girar en banda si antes no se clarifica lo que debe ser una Constitución en democracia. En esta materia reinan, especialmente entre los llamados progresistas, ideas contradictorias, que amenazan llevarnos por mal camino. Los progresistas y la mayor parte de la opinión pública postulan una Constitución extensa y florida, generosa en la consagración de derechos. A un mismo tiempo, cuando los jueces toman decisiones en nombre de la Constitución, especialmente cuando lo hacen para invalidar las decisiones adoptadas por la mayoría, ponen el grito en el cielo, acusándole de tercera Cámara, de cuarta instancia y de activismo judicial.La contradicción, me parece, solo podría resolverse de una de tres formas: La primera es que la Constitución sea abundante en derechos, particularmente económico-sociales y los jueces constitucionales sean progresistas. Quien postule este primer camino, debe encontrar una razón para sostener por qué las decisiones judiciales pueden imponerse a la política cuando son progresistas y no cuando son conservadoras. Antes que eso, cualquier partidario de una Constitución abundante debiera explicarnos por qué sus ideas debieran imponerse al juego político de las mayorías y no en el libre juego de las mayorías. No visualizo respuestas que sean compatibles con la democracia, con la igual dignidad de quienes sustentan proyectos rivales.La segunda alternativa es pedir una Constitución abundante en derechos, pero impedir que los jueces los apliquen. Terminar con el Tribunal Constitucional o, a lo menos, con su capacidad de invalidar las decisiones del Congreso o domesticarlo a sus deseos. Una democracia puramente mayoritaria es ciertamente posible, pero esa no será una democracia constitucional y el niño que vio al rey desnudo preguntará para qué se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR