TRES AVENTURAS OUTDOOR EN RIO DE JANEIRO - 3 de Noviembre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 821614333

TRES AVENTURAS OUTDOOR EN RIO DE JANEIRO

ARPOADOR, LA PLAYA DEL SURFUna enorme roca que parte en la arena y se adentra en el mar rompe el agua y forma olas turquesa. Los surfistas se apresuran para montar las espumosas crestas que crea el océano en Arpoador , la playa emblema del surf en Río de Janeiro. Fue aquí donde se hizo notar este deporte en la ciudad y es este también el lugar que sirvió de trampolín para brasileños famosos en las tablas como Pepe Lopes y Rico de Souza.Este muelle natural de piedra que recorre unos 500 metros sirvió en el pasado a los cazadores de ballenas que desde la punta lanzaban su arpón: de ahí el nombre de la playa, "arponero". Y es gracias a la roca que parte en la arena y se interna en el mar que se producen izquierdas perfectas. "Además, la ola de Arpoador es muy larga: puedes estar arriba más de un minuto, y eso es bastante", dice Gabriel Silva, instructor de surf, mientras calentamos en la arena. "!Ah¡ Y otra cosa importante: aquí no hay tiburones", agrega antes de pedir que lo siga mar adentro.Es la tarde de un día de invierno en Brasil; sin embargo, el sol brilla y el agua se siente tibia. "La próxima ola es tuya", dice Gabriel y señala el horizonte. Avanzo remando con los brazos y escucho otro grito: "Agora¡" . El mar me levanta desde los pies y me precipita en una montaña de agua. Siento algo de vértigo. "!De pie¡", escucho. Apoyo mis manos a los costados del cuerpo, levanto el tronco y llevo los pies a la tabla, pero no logro inmovilizar mis brazos. Pierdo el equilibrio y caigo.El surf, igual que otras disciplinas, solo se domina con persistencia. Así que voy otra vez. Y otra. Y otra más. Así, hasta que consigo mantener el equilibrio sobre la tabla durante un instante que pareció eterno y mágico, como si fuera un portal a otra dimensión.Gabriel se acercó entonces para chocar palmas. Había pasado ya una hora y la clase terminaba. De vuelta, las tablas deben clavarse en la arena, pero entro nuevamente: esta vez solo con aletas en los pies y cámara para fotografiar a los surfistas, hasta que me canso de patalear como renacuaja.Son las cinco de la tarde en Río y el sol empieza a caer, así que es momento de apresurarse para subir a la enorme roca del Arpoador, uno de los mejores miradores de la ciudad para ver el atardecer. Durante los meses de invierno es posible ver el espectáculo del sol cayendo justo en el espacio que queda en medio de los simbólicos cerros Dois Irmãos, que sí parecen dos hermanos de piedra muy unidos.La piedra del Arpoador es otro excelente sitio para fotografiar a los surfistas que llegan a correr las olas del atardecer, mientras la luz empieza a difuminar a los Dois Irmãos y, en su remplazo, se hacen...

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