El tren estrella de Ecuador - 2 de Noviembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 541806918

El tren estrella de Ecuador

Hemos llegado a la Nariz del Diablo, la parte más emblemática y peligrosa de un viaje que empezó varios días antes.

DÍA 1: LA RUTA DE LOS VOLCANES

8:02 AM, estación de Chimbacalle, Quito. El cielo está completamente despejado y el sol pega fuerte en lo que debiera ser una mañana invernal. Suena el silbato y el tren comienza su marcha. Los pasajeros están divididos en dos vagones con 30 asientos que parecen sacados de un típico bus interurbano. Tiene mesas plegables, no hay cortinas en las ventanas y ni pensar en baño. Nos movemos constantemente en un vaivén de derecha a izquierda. Isidora -o "Yoyi", como dice la placa en su blusa-, guía, 44 años, pelo rojizo y ondulado, flaca, sonrisa para todos, recuerda lo obvio: no estamos aún en el Tren Crucero. Como ese es nuevo, "no puede utilizar los rieles de este tramo porque son muy antiguos", dice. Tendremos que esperar hasta después de almuerzo para conocer y subirnos al tren que este año fue ganador del World Travel Award, una especie de premio Óscar que lo destacó como mejor tren turístico de lujo en Sudamérica. Ya en 2013, este mismo servicio, entonces apenas estrenado, había ganado el Wider World Project como mejor producto turístico fuera de Europa, un galardón entregado por los integrantes del British Guild of Travel Writers. También obtuvo el primer lugar para viajes en tren en América Latina, y el cuarto a nivel mundial, según la guía Lonely Planet.

Hay expectativas. Mientras tanto, el tren tradicional va dejando atrás la ciudad. Dos oficiales de seguridad lo siguen en motocicleta para que nadie se interponga en los cruces. Las casas se convierten en parcelas, y las parcelas en hectáreas de cultivos. La gente se asoma al umbral de sus casas y levanta la mano. Todos saludan. Lo harán los cuatro días del viaje. Yoyi dice que la gente aún no está acostumbrada al tren ya que el recorrido completo -de Quito a Durán, frente a Guayaquil- se inauguró el 30 de abril de 2013, pero recién desde junio de ese año comenzó a hacer un viaje semanal (de ida o de vuelta).

Quizás también hacen el gesto porque para Ecuador no ha sido fácil tener una línea ferroviaria. En 1861 comenzó su construcción y para 1875 solo había 45 kilómetros de vías. Años más tarde, el Presidente Eloy Alfaro decidió seguir la obra junto al ingeniero Sighald Müller, quien -debido a las formaciones geológicas del terreno- denominó al ferrocarril "el más difícil del mundo". El estadounidense Archer Harman fue el constructor y empleó para el trabajo a indígenas, negros y cuatro mil jamaicanos. La fiebre amarilla, las mordeduras de serpiente, picaduras de mosquito y el clima cobraron la vida de muchos. "La propuesta de Alfaro era construir una obra monumental que concluyera la conexión del tren desde donde quedó hasta Quito. Pero alrededor de 1990, cuando se produjeron algunas inundaciones debido a la corriente de El Niño, dejó de ser un medio de transporte. En casi todo Ecuador se acabó el tren", dice Camilo Andrade, otro guía.

Hoy, este país tiene once rutas. Todas enfocadas en el turismo.

Cuando el reloj da las diez de la mañana, y vemos los volcanes Cayambe, Antisana y Cotopaxi, llegamos a la estación El Boliche, en la ciudad de Latacunga, donde dos buses nos esperan para llevarnos al Parque Nacional Cotopaxi, la segunda reserva creada en Ecuador después de las islas Galápagos.

El Cotopaxi es el segundo volcán activo más alto del mundo. Mide 5.897 metros y hay estimaciones de que hace erupción cada 127 años. La última fue en 1940, asunto que parece no inquietar a los viajeros que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR