EL TREKKING del silencio - 10 de Junio de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 727714737

EL TREKKING del silencio

Estoy subiendo los 838 peldaños de piedra que llevan al Kumano Nachi Taisha, uno de los templos más espectaculares de Japón, después de caminar durante tres días, entre 6 y 8 horas cada jornada, a través de las montañas del sureste del país. Es el final de la ruta Nakahechi, un sendero de peregrinación utilizado desde hace siglos, que sube y baja en medio de bosques y montañas, para desembocar en la vista espectacular de una pagoda de cinco pisos con una gran cascada al fondo.

No recuerdo cuándo ni cómo fue que descubrí el Kumano Kodo, pero estoy seguro de que me desató la curiosidad cuando leí que era uno de los dos caminos espirituales en el mundo que la Unesco ha declarado Patrimonio de la Humanidad. El otro es el Camino de Santiago, en el norte de España.

Así que aquí estoy, terminando de recorrer esta ruta milenaria, y recordando el poema de Kobo Daishi, un erudito fundacional en la historia de Japón, cuyo texto recitan todos los niños de este país en la escuela: "En nuestro mundo / nadie es eterno / El bosque espeso y fugaz / hoy he atravesado".

Y sí... hay bosques espesos en Kumano Kodo, considerada una de las cinco mejores rutas de peregrinación del mundo. "Por al menos mil años, desde que la corte imperial en Kyoto inició las peregrinaciones, esta ruta se ha usado ininterrumpidamente para rendir tributo a los dioses", explican en el sitio web de la ruta. Desde hace algunos años, también es cada vez más popular como destino de trekking que combina muy bien el esfuerzo físico moderado, la búsqueda de aislamiento y el respeto casi reverencial hacia la naturaleza. Y todo eso, además, en un entorno cultural que permite sumergirse en el corazón del sincretismo religioso japonés.

El circuito se puede hacer por libre, es decir, sin guías ni grupos, pero se deben elegir con antelación los alojamientos en el camino. Hay siete rutas en esta red de caminos sagrados. Yo escogí la Nakahechi, la denominada ruta imperial, que se hace en tres o cuatro días, caminando unas siete horas y a un ritmo de 20 kilómetros por jornada.

Lo de las siete horas es un cálculo optimista, eso sí, porque no incluye los descansos, "y se basa en las habilidades de un caminante sano, sin un paquete y con buen clima", dice con escueta gracia la web de información oficial.

Es una ruta solitaria: apenas me crucé con peregrinos en los tres días, aunque el último tramo lo hice en domingo y muchos japoneses salieron a disfrutar de la primavera. Este sendero discurre entre cerros flanqueados por bosques de cedros japoneses, conocidos aquí como sugi, de tronco muy recto y copa conífera, cuya altura -superior a 40 metros- los asemeja a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR