Tras las vistas de Altos de Cantillana - 31 de Agosto de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 526162038

Tras las vistas de Altos de Cantillana

Pasado el caserío de Pintué vemos a la izquierda la entrada a la Reserva Altos de Cantillana, donde hay que registrarse y pagar la entrada (3 mil pesos diarios). Seguimos en el auto y nos detenemos en un mapa del cerro donde vemos que el punto más alto al que llegaremos, el "plateau", está cerca de los 2 mil metros sobre el nivel del mar. La cumbre oficial, que tiene 2.218 metros de altura, implicaría una jornada mucho más larga y exigente.

Comenzamos el trekking a las 9 de la mañana. Es invierno y, como oscurece temprano, queremos aprovechar la tarde en los pozones que dan al camping. El día está totalmente despejado y la temperatura es agradable, lo que nos da buenas energías para las tres horas y media de caminata que nos esperan.

A nuestra derecha hay un sendero que se interna en el bosque, donde la luz apenas penetra. Al poco rato el sendero se abre a una pradera preciosa: una estepa con espinos que en esta época está cubierta de un pasto color verde claro. Aquí el sendero se pierde un poco, así que simplemente hay que seguir derecho hasta que vuelve a notarse.

En poco más de una hora llegamos al sector Los Maquis. Un letrero y un cerco de madera anuncian que este es el lugar. Aquí rellenamos nuestras botellas de agua, descansamos un poco y comemos. Viene la parte más exigente de la ruta.

Desde este sector comienza un ascenso más empinado: ganamos altura y el bosque frondoso queda atrás. La vegetación es más rasa y semiárida; aparecen cactus enormes junto al sendero. En eso, un nuevo letrero nos anuncia que estamos en el mirador La Fineza. Vemos a nuestro alrededor y entendemos el porqué del nombre: atrás, una vista increíble al valle y la laguna Aculeo; al frente, la quebrada que muestra los contrastes de la vegetación marcada por las laderas de exposición norte, con cactus, quiscos y chaguales; y de exposición sur, con todo el bosque húmedo mediterráneo. Hacia adelante se ven los pozones que nos esperan para el final de esta jornada.

Pasamos una puerta de fierro y se ve una casita: allí vive un guardia que controla la salida y entrada a la zona de camping. Diez minutos más y finalmente alcanzamos el desvío que, por la izquierda, nos llevará a la cumbre del cerro Alto del de Cantillana, y a la derecha, al lugar donde acamparemos.

A las cinco de la tarde cenamos una comida calórica y nos hidratamos. En una hora más ya estará oscuro y bajará considerablemente la temperatura. Debemos dormir temprano para madrugar al día siguiente, así...

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