Tras la huella de la Primavera Árabe - 12 de Mayo de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 435713306

Tras la huella de la Primavera Árabe

Sin embargo, hoy la vía principal de esta ciudad -una avenida parecida a cualquier calle grande de un pueblo chico- lleva su nombre: Mohamed Bouazizi. Y una gran foto suya -con los brazos elevados y las palmas en actitud de plegaria- se despliega en la fachada principal de la oficina de Correos con una leyenda que dice: "La movilidad revolucionaria en el mundo después del 17 de diciembre de 2010". Junto a la imagen epifánica hay fotos de distintas manifestaciones -incluidas las protestas estudiantiles en Chile- que se sucedieron en todos los continentes luego del 17 de diciembre de 2010: el día en que Mohamed Bouazizi, vendedor de frutas y verduras de la plaza de Sidi Bouzid, se quemó a lo bonzo frente a la municipalidad cansado de tener que pagar una y otra vez coimas a los policías que le quitaban su mercadería por no tener permiso municipal.

Ese día y ese gesto de Mohamed Bouazizi en Sidi Bouzid, fueron considerados el nacimiento de la llamada Primavera Árabe. Pero cuando uno se adentra en las calles de esta localidad, que apenas alcanza los 40 mil habitantes, cuesta creer que esta revolución -que terminó derrocando a los gobiernos de Ben Ali en Túnez, Hosni Mubarak en Egipto, Muamar el Gadafi en Libia y Ali Abdullah Saleh en Yemen- haya nacido en un lugar como éste: un pueblo con muy pocas personas caminando en el mediodía de un día domingo, con unos cuantos hombres bebiendo café en garitos y otros haciendo las compras en los puestos de la feria libre instalada a un costado de la plaza.

Mujeres casi no se ven. Y las pocas que se asoman lo hacen luciendo un hiyab o chador, prendas -ambas- que tapan la cabeza y el pelo, dejando descubierto sólo el rostro.

La Primavera Árabe podría haber explotado en cualquier parte de Túnez, un país que hace varios años venía acumulando el descontento contra el dictador Ben Ali y su mundo de corrupción, pobreza, falta de oportunidades para los jóvenes y opresión. Pero fue aquí. Y podría haber sido cualquier otro hombre el mártir de la revolución. Pero le tocó al verdulero Bouazizi.

Hoy, las únicas huellas físicas de que aquí hubo un conflicto son los sucesivos rayados en las paredes. En varios muros se lee: "Libertad para Túnez" y A.C.A.B., una sigla que se repite en muchas de las paredes del pueblo. Significa "All Cops are Bastard" (todos los policías son unos bastardos).

A Sidi Bouzid viajé desde Túnez (la capital, que en castellano tiene el mismo nombre que el país) luego de un recorrido de casi 300 kilómetros hacia el sur por una carretera muy parecida a la Ruta 5 chilena. Un camino que a medida que se va internando en el desierto cambia...

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