Tras la excelencia - 10 de Febrero de 2024 - El Mercurio - Noticias - VLEX 1016458940

Tras la excelencia

E n septiembre recién pasado se cumplió un año de la partida de Samuel Claro (1958-2022), y su familia y el equipo de la oficina que formó y de la que fue socio, lo recordó con la edición póstuma del libro en el que él mismo trabajó antes de morir. Un texto de 252 páginas que muestra las obras más icónicas e importantes de Claro Arquitectos en el ámbito habitacional, industrial, de culto, del vino e interiorismo. "Se hizo tal como él lo pensó: con tapas duras, muy buen papel, muchas fotografías, poco texto y una tipografía semejante a su letra manuscrita", explica Carolina Barros, artista y diseñadora, quien fue su mujer y madre de sus cinco hijos (Carolina, Samuel, Cristóbal, Raimundo y Catalina), y quien se encargó de la producción y diseño de la publicación.Samuel no conocía la improvisación ni las cosas hechas a la rápida. Cada proyecto, por muy pequeño que fuera, siempre tenía detrás una enorme dosis de dedicación. "Cada trabajo tiene cerros de papel, cerros de rayado a mano, cerros de cálculos de estudio", dice en el prólogo (llamado Fundamento) que escribió para el libro. Una manera disciplinada de abordar la creatividad que, seguramente, aprendió de su padre, el destacado musicólogo Samuel Claro Valdés, y de su pasó por la Universidad Católica de Valparaíso, donde fue ayudante de Godofredo Iommi, y alumno y gran admirador de Alberto Cruz Covarrubias.Era la excelencia lo que perseguía al enfrentar cada nuevo encargo o concurso, tal como él mismo lo relata: "Todas y cada una de las obras fueron hechas como una sola; 'por primera vez', como decíamos, cuidando cada detalle, cada elemento de diseño y procurando que técnicamente sean impecables, funcionales y operativas". Pero, además, para Sammy, como lo conocían sus amigos y cercanos, también debían tener poesía. Es decir, partir de cero, transformar la realidad -la luz, los espacios, todo- mediante la creación.Se educó en el colegio Verbo Divino donde fue compañero de curso del pintor Jorge Tacla, uno de sus grandes amigos, y con quien tuvo una banda musical en la que él era el guitarrista. Una vez terminada la etapa universitaria este arquitecto alto, crespo, de intensos ojos azules, pausado y siempre sonriente, formó con su primo Jorge Swinburn del Río, la oficina Claro y Swinburn, desde la que desarrollaron obras en distintas áreas y con diversos grados de complejidad. En 2004 la sociedad terminó y Samuel emprendió un camino propio, dando origen a Claro Arquitectos. Entonces...

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