Tras los antiguos artesanos de Aysén - 26 de Julio de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 846693659

Tras los antiguos artesanos de Aysén

Q uedaron relegados a ser fantasmas de la historia, a desaparecer para convertirse solo en una palabra, sin un recuerdo claro que nos hable de cómo vivían. Los chonos, el nombre que designa a las mujeres y hombres que hace aproximadamente siete mil años navegaron las islas y canales desde el sur de Chiloé hasta el norte de la península de Taitao, en la Región de Aysén, quedaron prácticamente olvidados luego de haber desaparecido entre el mestizaje y las enfermedades que trajeron los europeos, hacia comienzos del siglo XVIII.No se sabe mucho de ellos, más allá de los recuerdos que dejaron, por ejemplo, en las artesanías de sus descendientes. Técnicas que se traspasaron de generación en generación, y que enseñaron a mujeres y hombres a usar las fibras vegetales de su entorno para hacer redes de pesca, construir pequeñas chozas donde ahumar pescado o armar canastos y utensilios. Prácticas antiguas que hoy se mantienen vivas gracias al recuerdo de un puñados de personas mayores que viven en los fiordos de Aysén, quienes aún recrean esas artesanías, entramando y tejiendo fibras como el canutillo, la manila, el junquillo, el voqui, la quila, la quilineja y el cochayuyo.Para investigar esas técnicas y conocer de cerca los pocos artesanos que aún mantienen vivas esas tradiciones, la diseñadora y líder de la expedición Marcela Carabelli, la diseñadora de imagen y sonido Mabel Carabelli y la fotógrafa Claudia Gleixner emprendieron un viaje con rumbo a cinco islas pobladas de los fiordos de Aysén, en la zona que se encuentra entre el golfo Corcovado y la península de Taitao."La idea inicial era recorrer esas islas e ir en búsqueda de los 'los antiguos'", cuenta Claudia Gleixner, 45 años, ganadora del premio del Círculo de Críticos de Arte de Chile 2018, en la categoría Fotografía revelación. "Casi todos tenían entre 80 y 100 años, y diría que son casi las últimas personas que saben realizar estas artesanías que se transmitieron de boca en boca. Nunca hubo documentos escritos que hablaran sobre cómo trabajar la fibra o qué tipo de técnicas usar".El objetivo, sigue Gleixner, era conocer en persona a esos artesanos y obtener el material que, finalmente, dio vida a Entramados vegetales: un legado patrimonial en Chile. Fiordos australes , un libro financiado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. A través de fotografías, historias e ilustraciones, la obra describe las principales técnicas del trabajo con fibras vegetales y sus diseños, no solo...

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