En el tránsito de un grande - 8 de Enero de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 917347425

En el tránsito de un grande

Al tejer las líneas de este recuerdo, no resulta inapropiado partir modestamente desde estas mismas páginas -habrá en todo el mundo, a nivel oficial, académico y otros, infinidad de homenajes-, pues el mismo Benedicto XVI, cuando renunció al papado en febrero de 2013, en una de las primeras cartas suyas conocidas que salieron de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, expresó público agradecimiento a quienes hacía varios lustros, desde esta zona meridional del mundo, habían dado a conocer con veracidad y constancia su genuino pensamiento, lo que fueron sus preocupaciones más profundas, aquellas que atravesaban la capa de la simple noticia. No las de cualquier pensador, subrayémoslo nosotros, sino el de un teólogo de fuste, uno de los mayores de su tiempo, amén de una figura a la que acompañó una autoridad moral inigualable, de alcance mundial, situación que hizo de él "un grande" de nuestro tiempo, como lo expresa Francisco.En efecto, desde su libro de 1985, "Informe sobre la Fe", publicado en forma de entrevista con el conocido escritor italiano Vittorio Messori -un importante extracto del mismo apareció en Artes y Letras de "El Mercurio"-, donde abordaba a fondo las turbulencias del posconcilio, pasando por su larga y clarividente entrevista a este diario con ocasión de la visita a Chile de Juan Pablo II, fueron muchas, en el curso de los años, sus aportaciones recogidas por estas páginas.Enjundiosa historia personalQuien así hablaba tenía tras suyo una enjundiosa historia personal y todavía le aguardaban otros treinta y tantos años de vida, existencial y espiritualmente, aún mucho más fuertes.Requerido con insistencia y santa paciencia por el Papa Juan Pablo II, había accedido, en 1982, a asumir uno de los cargos de mayor responsabilidad en la Iglesia y de mayor confianza personal del soberano pontífice, vale decir, el de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Esto lo hizo dejar el arzobispado de Múnich, para el que había sido nombrado por Pablo VI en 1976, quien también lo hizo cardenal. Acompañaría desde ese cargo vaticano por 23 años a Juan Pablo II, sin que su superior le dejase nunca renunciar, hasta el momento en que los cardenales lo elegirían a él mismo como sucesor del Papa Magno, pontificado romano que lo tendría ante los ojos del mundo entero otros ocho años, tiempo que, sea por su magisterio como por las vicisitudes históricas, requiere capítulo aparte.Joseph Ratzinger provenía de una familia bávara modesta -el padre, gendarme municipal, y la madre, cocinera- que familiarmente conformaban una expresión característica del arraigado catolicismo de esa región de Alemania. Los dos hijos varones de la familia emprendieron el camino del sacerdocio, que debieron provisoriamente suspender al ser obligados, bajo las penalidades propias de un estado de guerra, a sumarse a los 18 millones de hombres jóvenes enrolados por la Wehrmacht para la 2ª Guerra Mundial...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR