La trama de una muerte sin causa en el Sename - 22 de Octubre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 651658429

La trama de una muerte sin causa en el Sename

El 3 de octubre pasado, Solange Huerta, directora del Sename, leyó el informe sobre los niños muertos en los centros del Estado entre 2005 y junio de 2016.

Las cifras eran escalofriantes: 210 menores fallecieron en residencias de ese servicio y 406 en recintos privados que funcionan como colaboradores.

Entre causas de deceso como "paro cardiorrespiratorio", "accidentes" y "asfixias", destacaban 11 casos que no presentan una razón clara de muerte.

Con edades que van desde un mes hasta 17 años, seis de estas muertes -rotuladas como "causas indeterminadas"- se registraron en la Región Metropolitana, dos en la del Biobío y una en las regiones de Tarapacá, Valparaíso y Los Lagos.

Uno de esos casos corresponde a Marisel, quien murió en el centro residencial Las Camelias, dependiente de Coanil, en Paine, tras ser derivada desde Temuco en 2012. Tenía 13 años. Luego de que los tribunales determinaran que su familia -que vivía en situación de vulnerabilidad en una comuna rural de La Araucanía- no estaba en condiciones de hacerse cargo de ella, en el centro Las Camelias la niña se incorporó a las rutinas y dinámicas de la residencia, asistiendo a la escuela y a los controles por su discapacidad intelectual y trastornos conductuales severos.

Después de desayunar con normalidad, a las 8:55 horas del jueves 4 de junio de 2015, Marisel se desvaneció y falleció en el lugar.

Sin certeza sobre su causa de muerte, su cuerpo fue derivado al Servicio Médico Legal, donde nadie de su familia se presentó a reclamar el cuerpo. Según representantes de Coanil, pese a solicitar en al menos tres oportunidades el informe de autopsia, aún no es posible conocer la causa de su muerte determinada por el organismo.

Otro de los casos de muerte "indeterminada" es el de Belén, quien murió a los 7 años. Cuatro años antes, ella llegó a la residencia Los Ceibos -también dependiente de Coanil-, en Colina, proveniente de la Casa Nacional del Niño, donde había vivido prácticamente desde su nacimiento por el abandono de sus padres. Belén tenía síndrome de Down, y su ingreso al sistema de protección se produjo por razones de salud, tal como consta en su informe de derivación. Este documento también muestra que la niña se encontraba desnutrida y en malas condiciones higiénicas.

Durante su permanencia en el hogar, Belén asistió de manera regular a una escuela especial, y participó en actividades recreativas y formativas. Pero un día, según el registro de Coanil, mientras miraba...

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