'El tráfico en las poblaciones está desatado' - 15 de Diciembre de 2012 - El Mercurio - Noticias - VLEX 411072642

'El tráfico en las poblaciones está desatado'

En la pieza del lado, amontonados sobre las camas, esperando la hora de almuerzo, están otros nueve funcionarios, la mayoría entre 20 y 30 años, quienes, así, gritando, en shorts y hawaianas, parecen en un curso de paseo y no los imputados por 13 hechos y 126 delitos en total, entre ellos tráfico de drogas y apremios ilegítimos.

Al otro lado de la pared, Arévalo se sienta y se cruza de manos: tiene cicatrices en ambos brazos y muestra otro tajo a la altura del corazón. Justo antes de contar su historia, de ser el primero del grupo en referirse a las acusaciones que los tienen privados de libertad desde hace casi dos meses, un compañero pasa, le toca la cabeza: tiene el pelo rubio y los ojos claro. Y dice:

-¿Tu creís que con esta carita va a haber hecho algo malo?

Fabián Arévalo nació en Recoleta, pero a los cinco años se fue con su familia a vivir a la Villa los Puertos, en Pudahuel sur. Su papá trabaja en una fábrica de plástico y su mamá cuida a un anciano. Desde chico quiso ser policía: ella recuerda que jugaba con pistolas de agua en el patio de la casa.

Al terminar el cuarto medio postuló a la PDI. En 2010 egresó de la escuela y en enero de 2011 comenzó a trabajar: él mismo eligió la Bicrim de Pudahuel, su comuna.

-Le tenía cariño por haber crecido ahí. Uno le pone más empeño a la labor. Me tocó, por ejemplo, ir con órdenes de arresto a gente que conocía desde chico. Justo cuando llegué se habían creado las unidades comunales de lucha contra el microtráfico. Era una idea potente del gobierno nuevo: que la labor se notara en las poblaciones, marcar presencia y mejorar la calidad de vida en esos sectores. La idea era estar haciendo cosas, al menos dos procedimientos por semana.

Arévalo se integró a la unidad de análisis del grupo de microtráfico: cruzaba información, manejaba la base de datos de 180 mil personas, verificaba apodos y elaboraba mapas en poblaciones en que las casas ni siquiera tienen número visible. Por sus características físicas, su labor en terreno partió siendo muy poca, costaba que pasara inadvertido.

Poco a poco comenzó a participar en los allanamientos. En abril de 2011 participó en un procedimiento en cuatro domicilios, ligados a Paula Gamboa, una conocida traficante del sector.

-Pudahuel es una comuna pobre; mucha gente trafica para parar la olla. Los que lucran de verdad, quienes venden en grandes cantidades, son contados con los dedos de una mano. Había antecedentes de que ella era una. Me tocó entrar a su domicilio. Tenía armas y más de siete kilos de marihuana. El operativo fue un éxito; lo grabó el programa Policías en Acción. Estuvo cinco días en el cuartel ella; me tocó llevarle comida varias veces.

Los meses próximos, según él, los vivió sin sobresaltos. En las dos evaluaciones de sus superiores sacó nota 7 y era lista uno de mérito. El 21 de marzo de 2012 le pidieron participar en un nuevo allanamiento, otra vez a domicilios ligados a Gamboa. Según las fiscalías, los detectives inventaron una llamada para justificar el procedimiento, que, en realidad, se originó por los datos de informantes y operativos anteriores.

Esa vez hubo problemas.

-El jefe de grupo nos dio la información de que se iba a hacer una entrega de droga, así que fuimos a verificar si era cierta. Éramos cuatro policías como a las 22:15 horas, a pie, aprovechando que era de noche y que hay una plaza abandonada cerca. Estábamos caracterizados; yo me puse unos jeans desteñidos y unas zapatillas y polera vieja. Vimos llegar un auto, vimos que se entregó un paquete, todo eso en la calle. Ahí intervinimos. La persona que recibió el paquete era Paula Gamboa.

-¿Ustedes sabían que estaba libre de nuevo?

-Nos enteramos ahí, nos llamó mucho la atención, porque la habíamos pillado hace menos de un año. Después nos enteramos de que un fiscal de Pudahuel, supuestamente por un error, se había "olvidado" de presentar la acusación.

Según Arévalo, el auto que hizo la entrega se dio a la fuga, momento justo en que él y los otros tres policías hicieron la intervención, recibiendo insultos y amenazas de la pareja de Gamboa, mientras ella huía al interior de la casa.

-Yo me fui detrás de ella, que gritaba: vienen los ratis, vienen los ratis. Nunca pensó que era una "mexicana", como le dice al fiscal, ella me conocía. Ingresé a su patio y en la puerta de la casa otras tres mujeres empiezan a gritarme y pegarme manotazos. Detrás sale Paula con un cuchillo carnicero con una hoja de 25 centímetros de largo y me apuñala en el pecho. Me grita: muérete, rati culiao. Al verme sangrando, trato de salir, pero las mujeres me toman de los brazos y me intentan tirar al piso. Recibí varios cortes más en los brazos y alcancé a esquivar uno en el abdomen.

Arévalo logró soltarse y volvió sangrando a la calle, donde la batalla estaba desatada; vecinos habían empezado a tirar piedras y palos. El operativo se completó; se encontraron tres kilos de marihuana en la casa y un asistente policial lo llevó de emergencia al SAPU más cercano.

-Sé que uno es policía y esa es una de las posibilidades, pero durante todo ese trayecto pensé que me iba a morir. Es una sensación muy angustiante, desagradable, que siempre me vuelve.

Paula Gamboa, tras esa detención, le...

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