El trabajo duro de Amazon - 5 de Septiembre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 581939134

El trabajo duro de Amazon

En Amazon, a los empleados se los anima a hacer pedazos las ideas del otro en las reuniones, a trabajar intensamente y hasta tarde (los correos electrónicos llegan pasada la medianoche, seguidos por mensajes de texto que preguntan por qué no tuvieron respuesta), y a mantener los estándares que -según se jacta la compañía- son "irracionalmente altos". El directorio telefónico interno instruye al personal sobre cómo enviar información secreta a los jefes de los otros.

Varios de los recién llegados en las hileras de los lunes tal vez no estén ahí al cabo de unos años. Los ganadores en la empresa inventan innovaciones que llegan a 250 millones de clientes y acumulan pequeñas fortunas en acciones cuyo valor anda por los cielos. Los perdedores se van o son despedidos en selecciones anuales del personal. "Darwinismo con un propósito determinado", señala una ex directora de recursos humanos de la compañía. Algunos empleados que sufrieron de cáncer, abortos espontáneos y otras crisis personales contaron que habían sido evaluados injustamente o apartados en vez de darles tiempo para recuperarse.

Mientras la compañía pone a prueba la entrega de productos mediante drones y formas de reponer el papel higiénico con solo apretar un botón en el baño, realizan un experimento poco conocido de hasta dónde se puede presionar a los empleados profesionales, trazando de nuevo los límites de lo que es aceptable. La firma -fundada por Jeff Bezos, quien aún está al mando- rechaza muchas de las trivialidades administrativas populares con las que otras corporaciones aparentan estar de acuerdo y, en cambio, ha diseñado lo que muchos trabajadores califican como una complicada maquinaria que los impele a alcanzar las ambiciones siempre crecientes de Bezos.

"Esta es una compañía que se esfuerza por hacer cosas realmente grandes, innovadoras, que abren nuevos horizontes, y esas cosas no son fáciles", dice Susan Harker, quien está a cargo de reclutar personal. "Cuando estás apuntando a la Luna, la naturaleza del trabajo es realmente desafiante. Para algunas personas no funciona".

Bo Olson fue una de ellas. Él duró menos de dos años en una labor de comercialización de libros y cuenta que su imagen permanente era ver personas llorando en la oficina, algo que otros trabajadores también describieron. "Sale de una sala de conferencia y ve a un hombre adulto que se tapa la cara", dice. "Casi a cada persona con la que trabajé la vi llorar en su escritorio".

Gracias en parte a su...

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