'Fue una tontera mandar esos mails, un atarantamiento'
Con una cámara Nikon, durante su vida universitaria trabajó como fotógrafo de matrimonios, jardines infantiles y anuarios de colegios. También fue colaborador del diario Crónica, de Concepción, y hasta tomó las imágenes de un calendario scout. Pero a medida que empezó en el periodismo, dejó la fotografía por la escritura. El hobby lo retomó mientras aún era presidente de la ANFP, y pronto descubrió que tenía una importante colección de fotos de arcos de fútbol. Entonces pensó en seguir documentando el tema, aprovechando sus viajes por el país, hasta que tuvo las suficientes imágenes como para publicar su primer libro de fotografías: Rincones bajo los tres palos: arcos de Chile, una autoedición que está en venta, con un tiraje de dos mil ejemplares.
Mientras hojea su libro, Mayne-Nicholls habla con entusiasmo de su trabajo. Ahí está un arco en Camarones, una comuna minúscula del norte. Otro en Canela, que descubrió por casualidad. Otro en Quellón, a la vuelta de un jardín infantil. Otro en Colchane, cruzado por un arcoíris. Otro en Cabo de Hornos, el más austral del mundo, donde sin embargo no existe una cancha de fútbol. Otro en Punta Arenas, que vio durante una visita al fuerte Bulnes. Pero tal vez el más dramático es el arco bajo el agua del estadio de Copiapó. Mayne-Nicholls explica que quedó así tras el temporal que asoló la zona en marzo pasado.
-Cuando fui, estaban unos trabajadores sacando el agua, que había llegado hasta el quinto escalón. Y le digo a uno de ellos: "Pucha, qué tragedia". "No", me dice, "todo lo contrario, este estadio está hundido varios metros, si no fuera así, toda esta agua hubiera seguido hacia la ciudad, no sé qué habría pasado".
Más allá del pasatiempo, tras su salida de la presidencia de la ANFP en 2011 y su renuncia a la FIFA al año siguiente, Mayne-Nicholls ha estado prácticamente fuera del fútbol profesional. No logró ser presidente de Deportes Antofagasta y desde entonces su carrera se dividió entre la fundación Ganamos Todos -a través de la cual incentiva el deporte entre los niños y adultos-, sus charlas motivacionales y sus clases en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica.
Pero, a principios de julio, una bomba estalló en sus manos y el fútbol volvió a ser parte fundamental de su vida: bajo la acusación de violar varios puntos del código de ética del organismo, la FIFA decidió inhabilitarlo por siete años de cualquier actividad ligada al fútbol, tanto en Chile como en el extranjero. En particular, lo castigó por haber enviado mails a Andreas Bleicher, director de Aspire, una academia deportiva en Qatar, mientras aún era presidente de la comisión que estudiaba las postulaciones a los mundiales de 2018 y 2022. En los correos, Mayne-Nicholls le solicitaba "evaluar y entrenar" a su hijo y a un sobrino en dicha academia, además de pedirle que su cuñado, el ex tenista José Antonio Fernández, fuese entrenador en el lugar. El contenido de los correos fue publicado por el diario inglés The Telegraph, lo que complicó aún más la situación del ex dirigente, que estaba siendo investigado por la FIFA desde noviembre del año pasado.
-Harold, ¿se arrepiente de haber enviado mails pidiendo favores para tres familiares suyos a una academia de Qatar?
Antes de contestar, Harold Mayne-Nicholls hace un largo silencio.
-Ahora me pregunto -dice- cuál fue la razón que tuve para enviar esos mails en septiembre (de 2010), cuando pude haberlos mandado en enero o febrero (de 2011, cuando la FIFA ya había anunciado que el Mundial de...
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