Del todo a la nada: Descifrando a Sergio Larraín - 12 de Julio de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 870826011

Del todo a la nada: Descifrando a Sergio Larraín

"Pequeños satoris" llamó Sergio Larraín a sus fotografías, las últimas que tomó, según describe el documentalista Sebastián Moreno. En la película "Sergio Larraín. El instante eterno" se revelan ciertos escritos y testimonios donde Larraín confirmaba una vuelta a ese Valparaíso que retrató en los años 50, como nadie lo ha hecho nunca más. Un viaje de toda una noche en una micro interrural desde Ovalle al puerto lo situó nuevamente en ese espacio que era mágico para su mirada.En los "pequeños satoris" el ser humano desaparece del cuadro. En cambio surgen formas, líneas, geometrías, perspectivas. "Sergio Larraín llevaba muchos años en la búsqueda de un estado de plenitud. Eso solo se podía alcanzar con el satori de la filosofía oriental. Es la pérdida absoluta de lo material para encontrar la iluminación: en lo material vive el ego. Y Larraín sabía que era necesario hacer desaparecer el ego para estar en satori", dice el fotógrafo Mauricio Toro Goya (1970).Toro Goya no aparece en el documental de Sebastián Moreno, pero en privado conserva algunos de los testimonios más próximos de primera mano de Sergio Larraín, con quien tuvo una relación intermitente, pero cercana, durante más de una década. Hoy están saliendo a la luz a través del libro "Sergio Larraín. De la fotografía al vacío", un ensayo no académico, más bien impresionista, donde intenta dar con un Sergio Larraín delineado por la filosofía y la estética, a través de conversaciones y de cartas. Muchas cartas.Fueron una tras otra las que le envió en 1998 a su casilla en Ovalle. "La 167, nunca me olvidaré de ese número. Le mandé tantas cartas que jamás tuvieron respuesta que llegué a pensar que esa casilla no existía. Pero un día Sergio Larraín me contestó", recuerda.Toro Goya tenía 27 años y era reportero gráfico en el diario El Día, de La Serena. Debía cubrir la exposición de una fotógrafa francesa que había llegado a la ciudad. Ella lo dejó un poco en ridículo. "Me preguntó por Sergio Larraín, pero yo no tenía idea de quién me estaba hablando. Entonces me dijo 'cómo vas a ignorar tanto al fotógrafo más grande y connotado de Chile, y que vive en tu región'. Eso me ocasionó una tremenda incertidumbre e inquietud por conocerlo", dice."De la fotografía al vacío" es el resultado de esos encuentros, que comenzaron a darse desde que Larraín contestó, por fin, la carta definitiva de Toro Goya, y luego su encuentro inicial en la plaza de Ovalle, donde el fotógrafo impartía una clase pública de...

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