Todo sobre mi abuela Marlene - 27 de Junio de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 845612524

Todo sobre mi abuela Marlene

"Sé que tengo facilidades para el deporte, pero también sé que, lo principal, tengo la mente clara. El deporte es mente".Eso me decía mi abuela (la Oma, como la llamábamos) cuando le preguntaba cómo había pasado de vicecampeona olímpica y varias veces campeona panamericana en jabalina, a ser escalafón en tenis y campeona nacional en dobles mixtos, y luego, por 40 años, haber competido y ganado varias veces el primer lugar con sus caballos los concursos de adiestramiento (o dressage , una disciplina de la equitación).Sí, mente tenía que ser. Así pensaba yo desde chica. Sin embargo, repasando su historia tras su muerte, me doy cuenta de que, además, tuvo mucho corazón. De hecho, cuando ella decía eso, mi abuelo Jorge Ebensperger (el Opa) le replicaba que era todo corazón, que era toda pasión. Y relataba una y otra vez cada hazaña de su mujer. Él era su gran fan, su gran impulsor, el que la movió a desarrollar sus potenciales que, probablemente, de otra manera hubieran quedado en la oscuridad. Estamos hablando de los años 50, cuando la mujer no solo no tenía un lugar preponderante en la sociedad, sino que deportivamente hablando era aún más difícil. A pesar de que sus padres la apoyaban en todo, su madre jamás pisó un estadio para verla: le era muy difícil aceptar que su hija usara short ("mi mamá encontraba que yo competía pilucha", me dijo más de una vez entre risas). No debe de haber sido fácil para ella.Por eso, creo que la historia de Marlene Ahrens Ostertag va más allá de la historia de mi Oma. O de una campeona deportiva. Su historia entrelaza la manera cómo nos hemos ido formando como chilenas, chilenos y como sociedad. Y también cómo somos capaces de unirnos y alegrarnos juntos por ciertos hitos relevantes que finalmente nos dan identidad. Hay muchas cartas entre ella y mi Opa -que se quedaba en Santiago cuidando a sus hijos cada vez que ella viajaba-, en las que le relataba lo relevante que era para su mente (y su corazón) pensar en Chile y en su familia antes de cada prueba. Me quedó grabada especialmente una que le escribió en 1959 desde Chicago, tras haber derrotado a dos estadounidenses:"Bueno, me paré en la pista, pensé en Chile y en ustedes, le pedí a Dios que me ayudara y corrí sueltecito, despacito, casi en cámara lenta, jabalina enrielada, mi brazo sobre mi cabeza y... suácate... Me gustó el lanzamiento, pero...??? Parece que siento aplausos, sí, ese grupito de chilenos que está allá a la izquierda. ¿Dónde caería? La luz...

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