Tito - 25 de Junio de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 729730013

Tito

Alberto Fouillioux terminó entendiendo el sentido del espectáculo muchos años después de haber jugado el Mundial del 62 y haber ganado dos títulos con la Universidad Católica. Fue tras su pasada por Francia, donde defendió al Lille y estudió para ser entrenador, cuando asumió que lo suyo transitaría por la formación y la educación.

En las divisiones menores de la Universidad Católica y, sobre todo, en el Canal 13, Tito terminó por encontrar una vocación que ya lo había distinguido como un jugador polifuncional y versátil, que servía para todas las misiones, pero sin jamás dejar de lado el lucimiento y el brillo. A partir de entonces, su rol de ídolo, forjado en la identificación con la UC y la selección, sería fundamental.

A los cruzados no sólo los llevó al título, a la Libertadores y a salir de la Segunda División (cuando volvió en 1975 para una operación rescate que terminó de la mejor manera), sino que les forjó una cantidad interesante de jugadores a los que descubrió y forjó con sabiduría. En la Roja jugó dos mundiales y sirvió generosamente a la causa de profesionalizar el oficio, a punta de estudios, educación y modos.

Fue por eso que luego, cuando abrazó las comunicaciones, supo transitar con sabiduría entre el conocimiento duro y el carisma para volver a mostrar su versatilidad. Comentó, relató, condujo y jugó frente a las cámaras, sobre todo cuando fue necesario ampliar los públicos, acercar a la gente, hacer una lectura más horizontal del fenómeno.

Fue en "Lo mejor del Mundial", un programa de 1986, donde Fouillioux comprendió que entre políticos, artistas y personajes que con el pretexto del fútbol hablaban sobre actualidad, el respeto a...

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