Tierra Amarilla en fotos: historia e identidad del 'París chico'
"A ella le debemos gran parte del archivo fotográfico tierramarillano que existe entre las décadas de 1930 y 1960", señala la investigadora y también fotógrafa Pía Acuña. "Tomar fotografías en esos tiempos era un oficio reservado a los hombres. Ella fue autodidacta y freelance , armó su propio laboratorio. Era un personaje muy llamativo aquí. Todos la conocían. Hoy no queda nada de lo que fue su casa", dice Acuña.
Lo que sí sobrevivió al paso del tiempo fue el archivo de Paulina Aguilera, conservado en Tierra Amarilla por una sobrina suya. Y gran parte de ese registro está expuesto hoy en las páginas de "Archivo fotográfico Tierra Amarilla", cuidada edición que reúne unas 750 imágenes históricas de esta comuna de pasado y presente minero, que datan de entre 1890 y 1970.
El libro, sin embargo, es la cara más visible de un proyecto mayor acogido a Ley de Donaciones Culturales, que están llevando a cabo en esa localidad -ubicada a unos 15 kilómetros de Copiapó- Fundación ProCultura y Minera Candelaria. Se llama "Tierra Amarilla: puesta en valor de la identidad y el patrimonio como eje de desarrollo sostenible".
"Estamos buscando estrategias para proyectar esa sustentabilidad en la comuna, y tanto el patrimonio como la identidad son fundamentales. Primero necesitamos conocer su historia y saber qué activos bioculturales existen hoy en Tierra Amarilla, para luego diseñar esas estrategias pensando en un futuro próximo", dice Daniela Larraín, directora del área de Identidad Cultural y Desarrollo Sostenible, de ProCultura.
Con un equipo de historiadores, arquitectos, ingenieros e investigadores, hoy se está realizando un diagnóstico del patrimonio material e inmaterial presente allí. Por ejemplo, existen seis declaratorias de Monumento Nacional, lo que se considera muy poco común en una comuna de apenas 13.500 habitantes y una población flotante significativa. Algunos de esos hitos son prehispánicos, como el centro metalúrgico Viña el Cerro o el pucará Punta Brava. Otros ostentan historias republicanas: la Hacienda Nantoco, que incluye su iglesia y su casona; o la casa de José Joaquín Vallejo, Jotabeche.
Todos estos hitos tierramarillanos están, sin embargo, en distintos grados de deterioro. Por el abandono o por el olvido. "La propia comunidad no conocía el valor patrimonial de su ciudad", advierte Larraín.
Pequeña gran ciudad
El levantamiento considera además el patrimonio intangible, representado por las tradiciones orales, los mitos y leyendas...
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