"Hubo un tiempo en que me sentí un inútil" - 23 de Octubre de 2010 - El Mercurio - Noticias - VLEX 225364598

"Hubo un tiempo en que me sentí un inútil"

Ahora, claro, en Palermo la mafia no está muerta: autoridades locales calculan que un 80 por ciento de los locales comerciales aún pagan algún tipo de tributo. Y bueno, Mauricio Pinilla tampoco está mudo, sólo no quiere hablar de ciertas cosas.

 -Las entrevistas no son algo que me interese ya. Yo entiendo cómo funciona esto: usé harto a la prensa y la prensa me usó a mí. Por mucho tiempo hablé tantas huevás que me llega a dar vergüenza cuando me lo recuerdan ahora. Nunca más. ¿Para qué? ¿Qué gano? Ahora lo justo y necesario no más -dice mientras lo escucha Laura Anchisi, ex agente FIFA, hoy funcionaria del Palermo, que por orden de los dirigentes del equipo tiene que estar presente en todas las notas que dé Pinilla.

-Así funcionamos acá. El club tiene un dueño y él hace lo que estime más conveniente -dice ella, mientras abre la puerta de su auto-. Ahora acompáñeme: el director deportivo quiere escuchar la cinta.

Entonces, media hora después, Walter Sabatini, en una oscura oficina del estadio, se pone la grabadora al oído, mientras se fuma un cigarro

-Este Pinilla está loco -le dice a uno de los vicepresidentes-. Escucha: le está diciendo a este periodista que acá en Palermo no tiene que pagar por los café ni en los restaurantes, que lo invitan los hinchas.

Sabatini conoció a Pinilla hace casi diez años, cuando lo vio jugando con una selección sub 17 de Chile. En ese entonces, él era agente del Perugia, otro club italiano. Todavía se acuerda lo que pensó:

-Este chico va a ser un campeón, un súper clase, está destinado a triunfar en los equipos grandes de Italia. Es muy fuerte.

Respira un segundo.

-Pero después pasó lo que pasó, se lesionó mucho. Y bueno, tuvo problemas, muchos problemas. La mayoría en el cerebro.

La vida de Pinilla ha dado tantas vueltas que cuesta creer que tenga apenas 26 años. Su carrera ejemplifica mejor que ninguna los altos y bajos del fútbol chileno en la última década: entusiasmo inicial ante una potencialidad enorme, mareo prematuro, el ingreso de la farándula, depresiones extensas y resurrección en el momento más inesperado, de la mano del trabajo bien hecho. Ha estado tantas veces arriba y tantas veces abajo que marea.

Hoy, llamando a grito pelado al junior del equipo, pidiéndole las llaves de su cuatro por cuatro: arriba, definitivamente arriba.

En 2007, internado en Marbella High Care de España para tratar su depresión y sus crisis de pánico: abajo.

Debut con la selección chilena, goles en eliminatorias ante Perú y Venezuela, contrato con el Inter de Milán con apenas 19 años: arriba.

Diez equipos en siete años: abajo. Muy abajo

 Su niñez en San Miguel es más difícil de clasificar. Aunque cuando Mauricio era niño, los Pinilla tenían una situación acomodada, su papá, que solía manejar un vistoso Mercedes por el barrio, sufrió una serie de malos negocios, lo que tuvo a la economía familiar en el piso un buen tiempo. Investigaciones fue varias veces a buscarlo al departamento, mientras su esposa y una de sus hijas tenían que vender aceitunas a los vecinos para mantener la casa a flote.

En medio de todo eso, el lado menos conocido y frívolo de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR