Terrorismo contra la libertad de expresión - 8 de Enero de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 551802070

Terrorismo contra la libertad de expresión

El brutal ataque terrorista que cobró la vida de 12 franceses -entre ellos ocho periodistas- se produce en momentos de particular tensión étnica y religiosa en Europa. El lunes, con gran impacto mediático, en Alemania grupos antiinmigrantes, de reciente creación, lograron reunir miles de manifestantes en Dresden y otras ciudades como Berlín, Stuttgart y Colonia, que a su vez fueron repudiados por contramanifestantes que intentaban frenar los sentimientos xenófobos. El atentado de París pone el dedo en la llaga de un conflicto latente que ensombrece el corazón de Europa.

Los asesinatos en Francia no fueron un mero acto terrorista sanguinario que remece la conciencia del mundo -que vio atónito el actuar determinado y profesional del grupo de extremistas y cómo se ensañaron con un policía acribillado, rematándolo en el suelo-, sino un terrorismo selectivo, en contra de la libertad de expresión, uno de los derechos humanos más valiosos, insustituible, que está en la base de la democracia y de la cultura occidental. Más allá de que la revista Charlie Hebdo sea un medio de comunicación satírico, que usa groserías provocativas que muchas veces ofenden a grupos políticos, religiosos -cristianos o islamistas- y sociales, el atentado contra sus profesionales debe ser condenado sin titubeos, pues precisamente en esos márgenes a contracorriente, no convencionales y transgresores, se prueba la vigencia y respeto a la libertad de expresión. En la revista atacada lo sabían; por eso Stephane Charbonnier, uno de los caricaturistas muertos, se quejaba de que "nadie se percata cuando nos reímos de los católicos tradicionales, pero no se nos permite reír de los musulmanes de línea dura".

Europa atraviesa una compleja encrucijada política, pues debe decidir cómo manejar el tema de la inmigración, en momentos de crisis económica grave que provoca irritación y malestar en los ciudadanos que ven su bienestar amenazado, erróneamente, por las oleadas de extranjeros que llegan a golpear sus puertas en busca de oportunidades. Desde hace años han ido surgiendo partidos o movimientos de tendencias antiforáneas que buscan restringir la inmigración, a veces usando métodos de presión como las protestas, y otras criticables como la violencia, pero que cada vez más, a medida que crece...

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