La terapia del arte - 3 de Junio de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 681956089

La terapia del arte

-El oncólogo me dijo: "Tere, te vamos a poner unos químicos y se te va a caer el pelo", y mientras él hablaba una voz me decía "píntate la cabeza, píntate la cabeza". Él siguió y me dijo que no me preocupara, que me podían dar un medicamento para que no se me cayera el pelo. Le dije que quería que se me cayera, porque me quería pintar la cabeza. Mi marido, sentado al lado mío, se quedó mudo. Y el médico me respondió que no, que no había ninguna posibilidad de hacerlo.

Más tarde, Teresa Claro le pidió a sus amigas que fueran a su casa a cortarle su largo pelo, el mismo por el que iba todos los viernes a una peluquería para alisarlo. Pidió que le hicieran los cortes que nunca se atrevió a tener y así, le tomaran fotos con una melena hasta los hombros, hasta las orejas, con un mohicano y rapada. Al fin, con la rasuradora de su marido, una amiga le dejó la cabeza calva y brillante.

-No existe eso de que vas a pelear contra el cáncer. Tú tienes cáncer y decides cómo vas a vivirlo, porque lo vas a tener de todas maneras -dice Teresa Claro-. Hoy no tengo células cancerígenas, pero las produzco y puede pasar en cualquier momento. Logré entender que no eliges tener cáncer, pero sí cómo vivirlo.

Hasta ese momento, Teresa no conocía otras intervenciones artísticas de personas con cáncer como la del canadiense Frances Darwin, que empezó a pintar calvicies con tatuajes de henna, una tendencia que se replicaría en el mundo. O la del argentino Néstor Díaz, quien creó "Viví, mujeres con presente": fotos de mujeres, a torso desnudo, que enfrentan el cáncer de mamas.

Teresa Claro no se rindió y habló con un psicólogo y los encargados de márketing de la Clínica Santa María, donde ella seguiría su tratamiento. Quería un espacio para que la pintaran y comida para quienes iban a trabajar con ella.

-En mis años como especialista, nunca un paciente me había preguntado si podía pintarse la cabeza después de perder el pelo -dice el oncólogo Cristián Carvallo.

Pero fue tanta la insistencia de Teresa que al final los médicos le dijeron que sí. Antes de empezar, el psicólogo le explicó que su proyecto tenía que conversarlo con la químico farmaceútica de la clínica, para estudiar y decidir qué material usarían para pintarla.

-Me dijeron que mis poros iban a estar abiertos y la pintura se iba a filtrar en mi piel, que era inevitable que eso pasara. Pero necesitaba hacerlo -dice Teresa, quien habló con Roberto Edwards, artista famoso por sus cuerpos pintados, y él le dio...

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