La tentación del privilegio - 13 de Marzo de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 560925982

La tentación del privilegio

Tanto uno como otro de esos ideales se asienta en un mismo valor -la igualdad-, pero tienen una importante diferencia: mientras el ideal igualitarista propone la igualdad de todos en todo (digamos que nadie coma torta para que todos puedan comer pan), lo que postula el ideal igualitario es la igualdad de todos en algo (digamos que todos coman a lo menos pan, sin perjuicio de que algunos, o muchos, merced a su mayor preparación, trabajo o talento, puedan acceder también a las tortas). Una analogía en la que "pan" no es solo ese delicioso producto que consumimos varias veces en el día, sino el conjunto de bienes básicos que permiten tener una existencia digna y con posibilidades reales de trazar y llevar adelante planes personales de vida.

El ideal igualitario se ha anotado varios puntos a lo largo de la historia. Nadie discutiría hoy igualdades que antaño no existieron y por las que fue preciso luchar: igualdad en la consideración y respeto que merecen todas las personas, en la universal titularidad de los derechos fundamentales, en la capacidad para adquirir y ejercer otros derechos, en la ley y ante la ley, y en el voto (toda la población adulta puede votar y el voto de cada cual cuenta por uno). Todas igualdades que en el presente nos parecen indiscutibles, naturales incluso, pero que no siempre estuvieron allí. Algunas son incluso de muy reciente reconocimiento. Y todas ellas, para asentarse como tales, pasaron por largos procesos de lucha. Piénsese, por ejemplo, que quienes proclamaron en 1776 la independencia de los EE.UU. ("sostenemos como evidentes estas verdades, que todos los hombres son creados iguales...") tenían esclavos en sus haciendas, que solo en 1865 el Congreso de ese país abolió la esclavitud, y que a mediados de los 60 del siglo XX, cuando Martin Luther King fue abatido a tiros por su lucha contra la discriminación de la población negra, esta tenía gravemente conculcado su derecho a votar en las elecciones.

En consecuencia, si tenemos buenas razones para rechazar el ideal igualitarista, ¿las tenemos también...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR