El tenor que odia escucharse
-¿Y cantabas mientras pasabas la esponja?-No. Tenía que lavarlos en la barra del restaurante, entonces todo el mundo te miraba.-Hubiera sido un hit: el tenor que lavaba loza.-!Sí¡ -se ríe- Pero créeme: esa fue la etapa más dura -dice.Lo dice porque su carrera ha sido atípica, llena de escollos, de dificultades técnicas, de autoexigencia y de más de 15 años buscando la seguridad necesaria para lanzarse a las grandes ligas de la ópera en Europa, donde no es tan difícil obtener un rol -porque cada ciudad tiene un teatro y una cartelera anual-, pero sí llegar a los escenarios más importantes: La Scala de Milán, la Ópera de Berlín, el Covent Garden de Londres, la Ópera del Estado de Viena o la de París, que han visto a talentos chilenos como Cristina Gallardo-Dômas y Verónica Villarroel.Todo porque su voz tiene una extraña condición, asegura él:-Un fonoaudiólogo me explicó que mi epiglotis tiene forma de omega, que se da mucho en los barítonos. Pero mis cuerdas vocales son las de un tenor. Tengo un conflicto en el instrumento de nacimiento. En algún momento pensé: "Mejor no me complico la vida y hago de barítono, porque si no, voy a morir en el intento y no voy a poder vivir de la ópera". Pero mi hermano y mi mujer me dijeron que no, y gracias a Dios que me lo dijeron. Muchos se van porque no tienen el apoyo, la paciencia y la plata para apoyar su tesitura -cuenta el cantante desde su casa en Asolo, un pueblito italiano de 9 mil habitantes, donde vive junto a su mujer, la psicóloga y ex handballista María Eugenia Musalem, y su hijo Raimundo, de dos años.¿Por qué alguien querría empecinarse en ser tenor, y no explotar sus condiciones como barítono? León de la Guardia lo explica en fácil: los barítonos, por lo general, hacen papeles de malos o de padres. Los tenores son los que hacen de héroes.Pero, además, él estaba convencido de que debía ser un tenor, aunque durante años no se sintió con la preparación suficiente y remitió su carrera a cantar arias en conciertos -que incluyó una aplaudida presentación en el importante teatro Arena de Verona, en 2015-, a ser parte de una compañía de ópera en Milán y también a explotar un repertorio de canciones populares. Sin embargo, recién el año pasado comenzó a audicionar para ser parte de los elencos de grandes óperas. Una decisión arriesgada, porque mientras más tarde se empiece en el escenario, menos tiempo hay para hacerse un camino en un mercado que hace un tiempo la soprano Verónica Villarroel definió en una entrevista como "salvaje".-Ha sido polémico. Muchos me han dicho: "Yo, con tu facha y tu voz, ya estaría cantando", y muchas veces está la misma necesidad: tengo que cantar para vivir. ¿Pero por qué no lo hice antes? Porque no era el momento, no estaba en el punto para hacerlo, no podía arriesgarme así. Pienso cada paso que doy -dice.Debutó en 2017 cantando el rol de Rodolfo en "La Bohème", en un pequeño teatro en Canadá. Ahora, acaba de presentar "Nabucco", donde hizo el rol principal de Ismael junto a la Filarmónica de Sttutgart y "I Lombardi alla prima crociata", donde fue uno de los dos tenores protagonistas. Ahora se prepara para ser protagonista de "Dido y Eneas" en el Teatro...
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