Las cinco tendencias que marcan el nuevo mapa frutícola de la Quinta Región
Al impacto de la sequía se suman el mayor costo y la escasez de mano de obra, por la competencia que ha significado la oferta de empleo en la minería durante los últimos años, lo que se ha traducido en cambios a nuevos frutales, como los nogales, y a su vez, en caídas del orden de mil hectáreas en uva de mesa, el segundo frutal más relevante de la Quinta Región.
Ambos elementos -falta de agua y de mano de obra- son las principales razones que explican la baja de 7,4% en la superficie frutícola de esa zona, de acuerdo con los resultados del catastro del Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren), realizado en 2013 por encargo de Odepa, el que no se actualizaba desde 2008 y que hoy dará a conocer oficialmente el Ministerio de Agricultura.
La caída corresponde a 3.781,7 hectáreas, pasando de las 50.834,5 que se registraron hace cinco años, a 47.052,8 hectáreas, dominadas principalmente por paltos, uva de mesa y nogales. Estos últimos marcan un cambio de tendencia y se suben al carro del éxito que vive el frutal en el país, con un alza de 71%, equivalente a 2.356 hectáreas más plantadas en esa región (ver infografía).
El presidente de Fedefruta, Juan Carolus Brown, asegura que hay una relación directa entre la baja en la superficie total de frutas con la disminución de hectáreas de paltos, aunque plantea que el retroceso general no se explica solo por una razón. "Todos los elementos se entrelazan. La sequía actúa por su cuenta, pero la mano de obra también afecta a casi todas las especies. Además, está la rentabilidad de los frutales", explica.
La buena noticia es que, pese a la contracción en hectáreas frutícolas en la región, los resultados del catastro del Ciren muestran un aumento en el rendimiento promedio por hectárea de los huertos, dando cuenta de un upgrade en las variedades y técnicas de plantaciones, uso de tecnologías y manejo.
"Si hoy no tienes una buena productividad, estás muy abajo en relación a lo que pudo ser el escenario hace cinco años, cuando comienza a producirse un cambio fuerte. Hay factores transversales para el sector frutícola, como el mayor costo de la mano de obra y la menor disponibilidad, y los movimientos del tipo de cambio, lo que lleva a tener que mejorar ostensiblemente la productividad", explica el ex presidente de Fedefruta y productor de la zona de Los Andes, Rodrigo Echeverría.
Esos elementos y la búsqueda de más rentabilidad son puntos clave que marcan la pauta en las tendencias que definen el...
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