Temucuicui, el otro lado de la trinchera: 'Un día, 'el gringo' (Urban) tendrá que irse'
El menor mira con su pequeña honda colgada al cuello. No es una de las grandes como la que maneja el padre. El hombre dice llamarse Rodrigo y Alejandro, el niño. No es verdad. Ocultan su rostro de la poderosa cámara de alta resolución que el Ministerio Público instaló en la frágil caseta de vigilancia policial en uno de los accesos al predio. Están a más de 400 metros, pero saben que los videos pueden resultar un material clave a la hora de eventuales juicios. Por lo mismo, la premisa es "si estás en la línea de 'batalla' no debes mostrarte". Menos entregar la verdadera identidad a la prensa.
"Esta tierra nos pertenece. Siempre ha sido de nosotros. Un día el 'gringo' (Urban) tiene que irse. A nosotros no nos importa de qué manera lo hace. Tiene que dejarlo... ha hecho mucho daño. Tiene que irse", sentencia el hombre (también encapuchado) que está al lado de "Rodrigo" y "Alejandro".
El weichafe (guerrero en mapuche), de contextura gruesa, está vestido con una vieja parka café que pintó con un aerosol a modo de camuflaje.
El padre del menor agrega un dato: "Nosotros vamos a estar siempre acá, somos muchos y si uno se cansa, vendrá otro". Otro como su hijo quizás. ¿Por qué lo expone? "Estamos lejos y el viento está a favor. Las lacrimógenas no le harán nada y él quiere estar acá...".
Un carro policial lanza una bomba lacrimógena y es verdad, el humo no llega.
Dos horas antes . Mijael Carbone (23), el werkén (vocero) de la comunidad de Temucuicui histórica o tradicional, toma los documentos y los revisa. Reconoce que no confía en personas ajenas a su entorno. Sólo una vez que toma una foto con su celular a la credencial, acepta la conversación. Está junto a su líder o lonko , Juan Catrillanca (60). Este último es de rostro y trato amable. Habla pausado como pensando en cada palabra que va a pronunciar en español. En su idioma natal, por el contrario, lo calmado se quita y el hablar se hace rápido. Tiene voz de mando y el resto de los peñis (mapuches) le obedecen.
Insiste en los derechos ancestrales de su pueblo sobre la tierra. "Ellos (los Urban) dicen que están cien años en los campos, pero nosotros llevamos 500 años...", argumenta.
Al uso de las armas, tampoco le quita el cuerpo. Carabineros muestra constantemente las marcas dejadas por proyectiles (de grueso calibre, dicen) en la garita y en los carros. De hecho, hay tres Carabineros con heridas de bala en las últimas semanas. Carbone, lo niega. Asegura que no usan armas de fuego y sostiene...
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