Templos del asombro bajo la tierra
D urante los peores días de pandemia, algunos de los pocos comentarios optimistas brotaron al lado de los Alpes, en el Piamonte, a donde hemos llegado. Muchos no se explican ese espíritu positivo. El golpe que recibió Italia no parecía dejar espacio para esa tranquilidad. "Es como cosa de marcianos, no de un piamontés", dice un... piamontés aterrizado y algo mosqueado, que forma parte de un grupo con el que visitamos los templos subterráneos de Damanhur. De esta comunidad surgieron los comentarios esperanzadores sobre la pandemia, tal vez por la natural conformidad de quienes -como ellos- estudian vidas pasadas, civilizaciones extraterrestres, creen en viajes astrales y dicen contactarse con el cosmos.Uno de los voceros ha sido Orango Riso, decano de la Escuela de Sanación Espiritual. Se puso en el escenario que vive el planeta con el covid-19 para terminar identificando las posibles claves que permitirían a la gente "convertir este tiempo en una oportunidad para sentir más la esencia divina dentro de cada uno".Dijo:"Si logramos sentir que la familia humana es una gran comunidad, nuestras reflexiones pueden crear un campo de vibración superior. Este producirá un nuevo clima, nuevos anhelos, nuevas formas de vivir. La magia y los deseos de la gente realmente pueden cambiar el mundo, y esta pandemia nos entrega una oportunidad perfecta para demostrarlo".Estamos iniciando la visita a los Templos de la Humanidad para tratar de entender por qué Damanhur es lo que es. No resulta fácil, claro, sintonizar con este mundo esotérico y new age . Y como no somos versados en estética y la vida nos ha negado cualquier trance místico, cuando entramos al primer templo no entendemos bien qué nos pasa. En la Sala de los Espejos vemos muchas bocas abiertas, muchas cejas juntas. También las nuestras. "Esto no puede ser cierto", pensamos.A nuestro lado, una joven mujer rompe en llanto cuando sonidos de enormes gongs sinfónicos y cuencos tibetanos saturan la atmósfera sonora de la caverna. Es que estos templos subterráneos no se parecen a nada de lo que nos haya tocado ver (despiertos). Lo que nos atraviesa no es emoción. Es perplejidad. Pisamos un lugar que no se parece a otros. Pisando este lugar estuvo también Sting antes que nosotros. Lo recorrió sin prisa, paso a paso, casi siempre en modo avión: en silencio. Este músico, líder de The Police, el más famoso grupo pop-rock-new age de los ochenta, llega a Damanhur como miles que se intrigan con lo esotérico, con los misterios todavía cubiertos por un velo.Sting ha estado más de una vez aquí, probablemente, por su interés en la expresión de las nuevas religiones, que sitúan a Damanhur en una forma de neopaganismo. Es decir, entre los que creen en más de un dios. Los líderes de la comunidad le habrán advertido a Sting -al menos eso hicieron con nosotros- que en este lugar ellos no intentan generar una nueva religión, iglesia o secta. "Somos una comunidad dedicada a las investigaciones espirituales, con el propósito de contribuir al nacimiento de un mundo mejor". Se ocupan de los temas espirituales, la historia y la naturaleza.Entre Batman y el new ageEntramos a los Templos de la Humanidad a través de una construcción sin carácter, que parece oficina de ventas de loteo rural. Un ascensor nos deja en un túnel subterráneo, y de ahí en adelante el...
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