'El temor que produjo la reforma educacional era evitable si se hubiera tenido claridad sobre las ideas propias'
Visitó Chile recién a los 23 años, uno antes del plebiscito. Miembro de una familia muy política y de izquierda, lo entusiasmó de inmediato el clima político que vivía el país. "Esto es lo mío, me dije", y al año estaba instalado en Santiago. En Francia había sido y dejado de ser comunista. "Rompí con el PC por la guerra de Afganistán y el golpe de Estado en Polonia, que me destruyó" recuerda. Sin embargo, le cargó "Detrás del Muro", el libro donde Roberto Ampuero acusa a la izquierda de falta de autocrítica hacia los socialismos reales y su violación de los derechos humanos.
"Me parece excesivo", sentencia. "Toda la renovación socialista chilena se funda en una autocrítica feroz hacia a la UP y en su rechazo visceral a los regímenes (del Este) y a ese modo de vida mediocre, pero eso no nos hace anticomunistas". El enredo, dice, "está en que Margot Honecker llegó a Chile a través de redes de la izquierda chilena y eso es cierto".
Joignant se doctoró como sociólogo en la Sorbonne y hoy es profesor full time en la Universidad Diego Portales, a donde llegó como director de la fundación Expansiva, en un intento de asociación conjunta que no perduró. Él se quedó y además es investigador del COES, un nuevo centro conjunto entre las universidades de Chile, Católica, Adolfo Ibáñez y UDP, que investiga sobre la cohesión y el conflicto en Chile.
El año pasado, en plena campaña presidencial, el cientista político había irrumpido junto a los abogados Fernando Atria y Javier Couso, y el economista Guillermo Larraín con "El otro modelo", un libro que propuso "un nuevo marco analítico para superar el neoliberalismo", dijeron entonces sus autores, apuntando a las causas del malestar ciudadano expresado en 2011 y a un nuevo modelo alternativo de desarrollo. Hoy reafirma esa tesis y apoya la agenda de transformaciones de Bachelet. Sin embargo no está conforme con la gestión política de su gobierno ni con los temores que ha sembrado -admite- en su vertiginoso avanzar de estos meses.
Él también tiene sus propias aprensiones.
La contienda electoral que el Partido Socialista vivirá a comienzos de 2015 es una. Inicialmente Joignant fue almeydista, pero hoy no milita en ninguna tendencia interna y no votará en la elección de abril, como exige su cargo de consejero del Servicio Electoral. Igual está preocupado: "Será la peor interna socialista desde la unidad y puede generar un tensionamiento del PS que no tiene sentido, porque las diferencias ideológicas entre Camilo Escalona e Isabel Allende son cercanas a cero".
-¿No están en juego dos modelos: el de la Concertación y el de la Nueva Mayoría?
-Algo de eso hay, pero aún no comprendo bien cuál es el "modelo Nueva Mayoría". Si el modelo de la Concertación consistía en negociar con la derecha a partir de pisos realistas, esos pisos efectivamente se movieron y el modelo Concertación terminó por muerte natural. A la Nueva Mayoría le falta plasmar un esquema de gestión política adaptado a estos nuevos pisos transaccionales.
-¿Sigue pensando que la gente protestó contra el modelo? Las encuestas muestran que lo valoran y más bien quieren participar de sus beneficios.
-En primera mirada se puede decir que se sobreinterpretó al movimiento estudiantil, dado el actual clima de opinión en Chile. Pero eso es una falacia; convengamos que hubo un fondo de crítica radical al modelo económico chileno en las movilizaciones estudiantiles del 2011, que el fondo de la discusión hoy es diametralmente distinto y que los límites se movieron en forma considerable hacia la izquierda.
"La Nueva Mayoría se amplió como coalición pero pagó el precio de exacerbar su heterogeneidad interna, y no...
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