Temas de fondo, ausentes - 2 de Enero de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 879529359

Temas de fondo, ausentes

A pesar del intenso debate político y constitucional sobre el futuro del país, la educación -cuya centralidad nadie discute- apenas recibe atención. Habitualmente, cuando se la menciona, es con un estrecho prisma jurídico-administrativo (propiedad y control) o bien desde la perspectiva de una ideología decimonónica, que opone Estado y familia. Así viene ocurriendo al menos desde hace diez años.Al contrario, a nivel global, el foco de discusión es el papel de la educación frente a un futuro que se estima estará caracterizado por la persistencia y acentuación de las desigualdades heredadas, el cambio climático, la revolución tecnológica y el retroceso democrático.Efectivamente, ¿qué puede hacer la educación frente a las desigualdades heredadas? El próximo gobierno -que suele presentarse como socialdemócrata- podría aquí hacer una contribución decisiva. Pues como dijo el sociólogo danés Gosta Esping-Andersen, uno de los más representativos intelectuales de la socialdemocracia nórdica, en entrevista con un medio chileno, la inversión en educación temprana de alta calidad para todos los niños, especialmente aquellos en situación de pobreza, "es una política que tiene una recompensa enorme. Es caro, y si es universal, absorberá alrededor del 1,5% del PIB, pero es una muy buena inversión". De hecho, hay consenso en que es la única política que puede interrumpir, o morigerar, el efecto de la cuna sobre la desigualdad.Un segundo asunto crítico para la educación es el cambio climático. No resulta creíble pensar que ella no será afectada por este cambio que hunde sus raíces en un tipo humano -el del emprendedor fáustico- producto de la educación moderna. Dispuesto a apostar su alma para obtener poder sobre la naturaleza y su transformación. En posesión de medios de producción, transporte y comunicación tan prodigiosos que, como se lee en Marx, recuerdan al brujo impotente para dominar los espíritus subterráneos que él mismo conjuró.Formar esa figura supuso infundir el 'espíritu del capitalismo' en la cultura económica, según explicó Max Weber a comienzos del siglo pasado. Esto es, una mentalidad adquisitiva, competitiva y orientada al cálculo. La cultura de la era industrial terminó incorporando así un potente vector de racionalización del mundo, base de una verdadera pulsión por el crecimiento y el dominio de la naturaleza.Ahora, dice un documento de la Unesco, debemos movernos hacia una educación ecológicamente orientada, capaz de rebalancear...

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