El talento de An to nia Giesen
E l sol le llega de frente a Antonia Giesen (29) que con una polera sin mangas disfruta del calor español de agosto. La actriz, radicada en Alemania desde 2019, está en Barcelona de vacaciones. Un regreso a la lengua materna, que asegura, era necesario:-Me vine a descansar de los idiomas. Es un alivio ir a comprar algo, perderse y poder leer los carteles en la calle. Es agradable -dice Giesen en una videollamada. En los dos años que lleva viviendo en Berlín, aún no aprende el idioma, aunque a fin de mes comenzará un curso intensivo que espera ponga fin a la barrera idiomática.Este escape a España es la primera oportunidad en que la actriz y psicóloga viaja sin su pareja, el bailarín Domingo Del Sante, y su hijo Mateo (11). Antes de conectarse a esta llamada, acaba de terminar un ensayo online para su serie podcast "Borrado" y en septiembre se estrenará en Chilevisión la serie "Inés del Alma mía", publicada en Amazon hace un año, donde interpreta a la princesa inca Cecilia.Para este rol, que grabó en 2019, Giesen explica que quería incorporar más elementos del idioma quechua. Finalmente, la producción decidió que el personaje hablara un español imperfecto y ciertas frases en quechua:-Eso me preocupó. Se estrena y van a pensar que hablo mal, pero fue una petición.-En una época sensible con la apropiación cultural y la cancelación interpreta a un personaje inca, ¿le preocupó eso?-No en ese sentido. Pensé en cuánto podía hacer y proponer yo de lo que me parece ideológicamente correcto en este personaje. Hay gente más estricta, pero nuestro trabajo es la interpretación y la ficción.-¿Se complica el trabajo en Chile viviendo en el extranjero?-Sí, va a tener sus costos. Ya los tengo. A veces los proyectos no tienen presupuesto para llevarme o los rechazo porque sería demasiado tiempo. Pero se puede hacer esto. Seguir una carrera y al mismo tiempo insertarse en otro lugar.***Antes de la actuación y la psicología, la vida de Antonia Giesen estaba en otros escenarios. Recuerda que siendo niña se encerraba en su habitación con un espejo a inventar coreografías. Esta motivación fue incentivada por sus padres, el ecologista Eduardo Giesen y la ingeniera en Computación Antonieta Carvajal.Sus padres se separaron cuando tenía dos años y junto a su madre y sus hermanos mayores vivieron en San Miguel, Macul y Ñuñoa. Estudió hasta quinto básico en el Colegio Latinoamericano Integración donde practicó yoga y gimnasia olímpica mientras tomaba cursos de baile. Cuando entró al Colegio Altamira en Peñalolen, tomó clases de Danza y decidió eximirse de Inglés y Química desde primero medio:-Yo iba a ser bailarina. Hice montajes en el colegio, pero me arrepiento un montón. Me debieron obligar a tener inglés y otros conocimientos básicos.En tercero medio, mientras...
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