Syriza pacta con la derecha nacionalista y forma gobierno de extremos políticos en Grecia
Dos extremos políticos unidos por su lucha contra la austeridad formaron ayer una coalición para gobernar Grecia. Tras vencer en las elecciones del domingo sin alcanzar la mayoría absoulta parlamentaria, la izquierda radical de Syriza salió en búsqueda de su compañero de fórmula y lo encontró en la derecha nacionalista de los Griegos Independientes (ANEL).
El pacto, que les permite controlar a 162 diputados de los 300 que existen, muestra que la economía será el centro del nuevo gobierno. Es que estos dos partidos tienen como único denominador común el querer renegociar el programa de rescate y buscar una rebaja de deuda, que asciende a unos 320.000 millones de euros. Se trata de una alianza que lucha contra los acreedores de la troika: Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional. Además, ignora conscientemente muchas brechas ideológicas: Syriza es un partido que aboga por el multiculturalismo y la tolerancia, mientras que ANEL es exponente de tradiciones ultraconservadoras, y demanda la introducción de un sistema educativo confesional y la lucha contra la inmigración.
Nada más alejado de las creencias del líder izquierdista, Alexis Tsipras, quien ayer al jurar al cargo de Primer Ministro rompió con la tradición griega de hacerlo a través de una ceremonia religiosa ortodoxa. El político, que es ateo, pronunció un juramento laico. Tsipras se lo anunció al arzobispo de Atenas y líder de la Iglesia griega, Jerónimo, en una reunión anterior.
No obstante, le dijo al jefe religioso que esperaba que las relaciones entre el Estado y la Iglesia "fueran más importantes que en el pasado".
El gesto de Tsipras fue muy mal recibido por la conservadora Nueva Democracia, gran derrotada en los comicios, en lo que se constituyó como la única reacción de la formación ante el acuerdo gubernamental.
Advertencia para la UE
Syriza se convirtió el domingo en el primer partido anti austeridad en llegar al poder en un país de la Eurozona y en romper la alternancia de dos partidos que ha dominado la política griega durante cuatro décadas.
La victoria de Tsipras representa un rechazo a la economía de austeridad y envía una advertencia para el resto de Europa, donde la continua debilidad económica ha provocado una reacción populista, con más votantes hartos de las políticas de sacrificios para satisfacer a los acreedores, que no han podido ofrecer más puestos de trabajo y prosperidad, afirma The New York Times.
Tsipras, de 40 años, se...
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