El año de supervivencia en la miseria - 8 de Enero de 2011 - El Mercurio - Noticias - VLEX 238182778

El año de supervivencia en la miseria

El 1 de enero fue el 207º aniversario del día en que Haití llegó a ser el segundo país de América que declaró la independencia. Para celebrar su logro de una libertad equívoca, los haitianos consumen tradicionalmente sopa de zapallo. Este año algunos ni se molestaron. "Ninguno de nosotros tuvo ganas de celebrar", contó Micheline Michel, cuyo hogar es una casucha de sábanas frente a las ruinas del Palacio Nacional. Pasó las fiestas buscando ropa vieja entre los esqueletos de concreto de los edificios en el centro de la ciudad.

Alrededor de un millón de haitianos han estado viviendo como Micheline en tiendas o bajo lonas a prueba de agua desde el 12 de enero del año pasado, cuando Puerto Príncipe fue devastado por un fuerte terremoto que dejó oficialmente 230 mil víctimas. Un año que empezó con el 'goudou-goudou', el neologismo onomatopéyico que los locales emplean para referirse al sismo, terminó con el cólera en una marcha mortal a través del país, una disputa electoral a veces violenta y un vacío perceptible de liderazgo.

Cuando ella y su familia buscaron cierta protección en su refugio en enero pasado, Michel creía que estarían ahí por un par de semanas o quizás un mes. "Nunca imaginé que un año después, todavía estaríamos viviendo en esta miseria absoluta", cuenta. Pocos lo imaginaron.

Escombros y refugios

Sin embargo, cuando algunos periodistas lleguen a Puerto Príncipe para el aniversario del terremoto, verán pocas señas de algún avance y sí mucho estancamiento. Los escombros aún bloquean muchas calles. Aun cuando el trabajo de remoción avanza de acuerdo con el itinerario oficial, menos de la mitad estará despejado en octubre. Sólo se han construido alrededor de 30 mil refugios temporales. El Palacio Nacional, el emblema de la soberanía haitiana, aún no es demolido, menos reconstruido. Los campamentos de tiendas que salpican la ciudad se ven incluso más andrajosos y sus moradores más delgados y sucios.

Este panorama de abandono y degradación deja en ridículo las grandes esperanzas en las semanas posteriores al terremoto de que Haití se podría "reconstruir mejor", como lo expuso Bill Clinton, el enviado especial de la ONU al país. El prometedor plan de reconstrucción del gobierno, que se dio a conocer en una conferencia de donantes en marzo, preveía el traslado de un sinnúmero de personas fuera de la atestada capital y la inyección de vida económica en las áreas rurales, como también la reconstrucción de Puerto Príncipe.

Poco de esto...

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