Mueren 44 sunitas en una comisaría mientras la lucha se acerca a Bagdad
Los primeros signos de ejecuciones de sunitas en represalia por parte de las fuerzas chiitas hicieron despertar ayer en Irak el fantasma de la guerra sectaria.
Mientras los jihadistas continúan su marcha hacia Bagdad, 44 prisioneros sunitas sospechosos de tener vínculos militantes murieron en una estación de policía controlada por el gobierno en Baquba, a 60 kilómetros al norte de la capital. Hombres armados alineados con el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) habían estado luchando contra las fuerzas iraquíes para el control de la ciudad, lo más cerca que han llegado a Bagdad.
El gobierno iraquí rápidamente culpó al ISIS por las muertes y dijo que los presos perecieron en un bombardeo insurgente, donde también habrían caído dos policías. Sin embargo, los jihadistas afirmaron en una cuenta de Twitter que los detenidos fueron asesinados. Fuentes en Baquba dijeron, incluso, que los hombres fueron baleados a quemarropa por los agentes antes de evacuar la comisaría, señaló The Times.
Duros combates
Los milicianos del ISIS y otros grupos asociados lanzaron un ataque contra Baquba, la capital de Diyala, una provincia de población mixta (árabes sunitas y chiitas, y kurdos) donde ya controlan varias localidades menores. Pero ayer por la tarde, el responsable de la policía, el general Yamil Kamal al Shimmari, anunciaba que sus hombres habían logrado repeler el ataque.
En un segundo incidente, que despertó la alarma de la comunidad sunita, se encontraron los cadáveres sin identificación de cuatro hombres de entre 25 y 30 años, con varios impactos de bala, al este de Bagdad bajo control de milicianos chiitas.
La situación ha puesto a la capital en máxima alerta. Los puestos de control han extremado su vigilancia y la gente se recoge en sus casas mucho antes de que entre en vigor el toque de queda, a las diez de la noche, señaló El País.
Por su parte, el Primer Ministro, Nuri al Maliki, destituyó ayer a cuatro comandantes de alto rango de las fuerzas de seguridad por su incapacidad para hacer frente al avance de la ofensiva jihadista, que ha tomado en una semana el control de Mosul, gran parte de su provincia de Nínive (norte), de Tikrit y de otros sectores de las provincias de Saladino, Diyala (este) y Kirkuk (norte).
Los asesinatos se ajustan al patrón de los escuadrones de la muerte durante la violencia sectaria en 2006 y 2007, en el apogeo de la invasión encabezada por Estados Unidos, señala The New York Times. En esa época los cuerpos de los...
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